Sr. Director:
En nuestros días son más de cien millones los cristianos que sufren persecución, pero los motivos religiosos no están en las agendas de los organismos internacionales. 

No hay un plan de acción serio y eficaz para luchar por la libertad religiosa. Es más, la persecución religiosa a los cristianos es ignorada, cuando no silenciada como si de un tabú se tratara.

Los mandatarios y los políticos de los países del mundo libre jamás hablan de ello y si lo hacen esconden las verdaderas razones de la persecución. Así de duro y así de cierto, desgraciadamente.

Jesús Domingo Martínez