Sr. Director:
Puede que la ciencia haya dado un gran paso en su empeño por entender los misterios de la Naturaleza, estoy hablando del descubrimiento de la llamada "partícula de Dios", pero todavía le resulta imposible saber qué ocurrió una billonésima de segundo antes de que se disparasen todas esas partículas de la gran explosión que, al atravesar el campo formado por las otras "partículas de Dios", se formasen las galaxias en un marco infinito.

A este respecto, monseñor Martínez Camino recordaba que la Física nunca podrá dar una respuesta concluyente a la pregunta de por qué existe algo en vez de nada y añadía que, en definitiva, si la ciencia trata de explicar cómo funcionan las cosas que se ven y se tocan, nada puede decir del amor, que es la razón de que exista algo.

Obviamente ese Amor es Dios mismo, que es el mayor de los misterios y que solo puede verse con los ojos y el corazón de la fe, la auténtica "partícula de Dios".

Jesús Martínez Madrid