El portavoz del Gobierno cada vez esquiva más preguntas

 

La fama de buen comunicador de Rubalcaba tiene truco. Comunica bien, pero comunica poco. Sus ruedas de prensa empiezan tarde y acaban pronto, suprimió los corrillos para no facilitar off the records a los periodistas y ahora, cada vez con mayor frecuencia, recurre a la estrategia de admitir que no sabe de qué le hablan.

No nos referimos a minucias, sino a cuestiones de calado como sentencias de los tribunales, acusaciones en los medios de comunicación (este viernes sobre una denuncia de Amedo en la que asegura que le presionaron para que dejara de hablar de los GAL). No conozco el caso, respondió en esta ocasión. Cuando le preguntan por Antonio Asunción recuerda que no nos encontramos en la sede del PSOE, si se pregunta por Álvarez Cascos, afirma que no habla de otros partidos (falso, porque lo hace siempre que quiere) y que la prudencia me llama. Más que en atletismo, el vicepresidente del primero parece un experto en salto de valla porque cada vez responde a menos cuestiones en las ruedas de prensa.

Por tercer año consecutivo, la prensa no pudo estar presente en la Pascua Militar este 6 de enero. Con ello, los periodistas no pueden acceder al Rey ni al Gobierno en un ambiente distendido. Eso sí, lo importante son los titulares y las frases huecas para la historia: Cuentan ustedes con un presidente y quince portavoces.

Mariano Tomás

mariano@hispanidad.com