• Y eso que la reconversión aboca a que Esther Koplowitz a reducir su participación por debajo del 50%.
  • Y la vieja guardia está llamada la jubilación.
  • Pese a la necesaria reducción de plantilla, FCC seguirá siendo la primera cotizada española por empleo: 51.000 trabajadores en España y 31.000 en el extranjero.
  • Al final, FCC vuelve a su origen, los servicios urbanos: basuras y agua principalmente, donde es líder mundial.
  • Realia culmina su reconversión: en tres años, ya no formará parte del grupo sino como inversión financiera.
  • Y Aqualia se consolida. Primer éxito de Esther Alcocer como presidenta del Grupo: contratos por 1.100 millones de euros en gestión de agua.

No es un plan de reconversión, es la revolución Juan Béjar (en la imagen), el nuevo Ceo de FCC. No ha perdido un minuto desde que se aprobó su nombramiento como primer ejecutivo de la firma y el plan de reconversión de la constructora ha sido rápido y revolucionario. Cuando termine -en tres años-, FCC será un nuevo grupo, volcado en aquello en lo que empezó: los servicios, especialmente residuos urbanos y agua.

A la primera accionista de FCC, Esther Koplowitz, le ha costado aceptar el plan de Béjar. Primero porque siempre ha llevado a gala no reducir plantilla. Un grupo que llegó a rozar los 100.000 trabajadores acabará, por una y otra vía, en los 82.000. Sin embargo, continúa siendo la empresa cotizada que crea más trabajo en España. Para ser exactos, tras la revolución Béjar quedarán 51.000 trabajadores en España y 31.000 en el extranjero.

Además el Plan Revolución Béjar aboca a Esther Koplowitz a diluir su participación, actualmente en el 54%, por debajo del 50%. A pesar de ello, tanto Esther Koplowitz como su hija, nueva presidenta de FCC, Esther Alcocer Koplowitz, apoyan a Juan Béjar, porque comprenden que el saneamiento era inevitable.

En cualquier caso, Koplowitz continuará controlando el Grupo. Tengan en cuenta que cualquier inversor deberá lanzar una opa si alcanza el 30%... y tendrá enfrente a alguien que roza el 50%

Y el proyecto camina a toda velocidad. Béjar inició ya su propio plan en la división cementera (la compra de Uniland fue el mayor error de tiempos pasados) y ahora afronta el del conjunto del Grupo. La clave está en incrementar la caja y reducir el endeudamiento.

Ese binomio, deuda-caja, es la clave de todo lo que va a ocurrir. Y los bancos acreedores han aprobado el plan con entusiasmo, al igual que el Consejo de Administración lo hizo por unanimidad. Eso sí, la vieja guardia tenderá a difuminarse.

Realia: en tres años desaparecerá como unidad inmobiliaria de FCC y se convertirá en una inversión minoritaria y financiera. Para ser más precioso. Todo el negocio inmobiliario y de concesiones de FCC esta llamada a enajenarse: Realia, Globlavía y la división inmobiliaria de FCC Construcción.

Pero no todo serán desinversiones. De hecho, la mayor partida de inversión en la etapa Béjar será en Reino Unido donde compró Waste Recycling Group (WRG). Además, su otra gran inversión en el exterior, la austriaca Alpine venderá activos, sí, pero también invertirá en Europa.

Residuos urbanos y agua. Esta última, una división a cuidar. Aqualia seguirá siendo una de las piezas clave del Grupo. De hecho ha constituido el primer éxito de Esther Alcocer como nueva presidenta: la firma de contratos de servicios de agua en varias ciudades españolas, por valor de 1.100 millones de euros.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com