Sr. Director:
Tras la exención al Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI) por parte de la Iglesia Católica no han faltado voces contrarias, generalmente sin razonamientos. En primer lugar, es mentira que la exención del IBI en España sea un privilegio de la Iglesia.

Se benefician todas las fundaciones, asociaciones de utilidad pública, confesiones religiosas o federaciones deportivas. El Estado facilita la labor social de entidades que generan un importante ahorro al erario. En el caso de la Iglesia esto queda meridianamente claro, ante datos como el de que dos terceras partes de las personas que buscan ayuda en Cáritas llegan derivadas de la Administración.

Pero también la acción pastoral de la Iglesia genera enormes beneficios para todos. La pastoral juvenil, por ejemplo, impulsa que haya jóvenes que respondan ante la crisis, no con actos de vandalismo sino implicándose a fondo en actividades de voluntariado. Y esa implicación personal, por amor a Dios y a los demás, marca la diferencia. No faltan hoy recetas contra la crisis, sino como dijo el Papa en Navidad, la motivación "capaz de inducir a renuncias y sacrificios".

Xus D Madrid