En distintas ocasiones, he citado los dos libros de la madrileña Marga. Esta profeta (no me gusta lo de vidente, además ésta no ve, oye) del siglo XXI que recibe revelaciones de Cristo y de Santa María, es la autora de dos libros: La verdadera devoción al corazón de Jesús y El triunfo de la Inmaculada.

Con ellos voy. Me hace gracia el pesadito debate entre razón y fe. Nunca ha existido tal debate, al menos por parte de la Iglesia, dado que, como recordaba Chesterton "la razón es dogma de fe", para la Cristiandad. En cualquier caso, la novedad que aportan las revelaciones de Marga es el recordatorio de que también pasarán los tiempos de la fe, no porque pase Dios, sino porque entonces nos veremos como somos vistos, que es el fin natural de cada hombre y de toda la humanidad. La fe, entonces, no será necesaria.

En este sentido, Cristo advierte a Marga acerca de los tiempos que vienen con unas palabras que, en principio, parecen inextricables: "Ahora vivís de la fe, llegará un día en que se os abrirán los ojos". Entonces ya no creeremos, veremos. Y no estoy hablando de la otra vida, sino de esta. Y no estoy hablando de un futuro lejano sino de uno próximo.

"La masonería (el Nuevo orden) ha logrado introducirse hasta en los más altos dignatarios de la iglesia y desde allí trabaja para la destrucción de la misma"
Sin ánimo de aportar otra cosa que el mero análisis periodístico de la actualidad, en este caso de corte psicológico -¡qué horror!- yo diría que el mundo se ha vuelto loco. Los dementes son legión y la insania la condición más popular. Las secciones sobre noticias curiosas de los viejos periódicos no cabrían hoy en una edición. Los chiflados crecen, los sensatos escasean.

Ojo, y no es que la humanidad actual haya perdido la razón. Escuchemos una vez más a Chesterton: "loco no es el que ha perdido la razón, sino al que sólo le queda la razón". ¿Cómo se revela esa demencia generalizada ¿Con tontunas ilógicas Todo lo contrario. Se revela mediante los prejuicios y la pedantería, dos elementos de lo más académicos.

Lo repiten muchos, por algo será: un viento de demencia, más bien de enajenación, se ha instalado entre nosotros. El mundo parece embeleñado, narcotizado. Como si el hombre hubiera perdido su sombra. El Príncipe de este mundo se la ha robado.

Y la Iglesia, antaño guía de la humanidad, también ha sido afectada por la marea de demencia e inseguridad que llegó cuando rompimos el "consenso sobre Dios", para luego terminar con el "consenso sobre el bien".

En revelaciones a Marga, la "Gloriosa" lo resume así: "La masonería (el Nuevo Orden Mundial) ha logrado introducirse hasta en los más altos dignatarios de la iglesia y desde allí trabaja para la destrucción de la misma". Y yo no tengo nada más que añadir.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com