La Unión Europea ha decidido reducir las emisiones de CO2. Esto es bello e instructivo, luchemos contra el CO2. ¿Qué significa en la práctica ¿Obligar a la construcción de coches eléctricos no contaminantes No. Ahí hay muchos intereses en juego y, además, todos somos ecologistas hasta que nos prohíben nuestro contaminante coche de gasolina.

Lo que han acordado los líderes europeos sólo tienen la concreción de siempre: energías renovables: molinillos, placas y termosolares. Y, naturalmente, como estas energías son carísimas, sólo son viables si los Estados, es decir, todos nosotros, financiamos a los constructores de las mismas, todos ellos millonarios. Por ejemplo, en España, la 'Triple A': Abengoa, Acciona y ACS.

Miren ustedes: si realmente se quiere luchar contra las emisiones de CO2, las energías más verdes, más baratas y más enriquecedoras -porque no empobrecen a la población- son el carbón y la nuclear. Sí, el carbón también, con renovadas existencias en el mundo, porque ya se están poniendo en marcha los procedimientos para reducir a mínimos la emisión de gases resultantes de la quema de carbón. Y sobre todo, la nuclear, que tiene sus riesgos -la vida es riesgo-. Pero que resulta barata, intensiva, enriquecedora... y encima es un instrumento clave para otras actividades verdes: por ejemplo, para la desalación de agua marina.

Ocurre que la clase política europea, y el propio Rey de España, Felipe VI, está pendiente de las urnas y piensan -y a veces se equivocan- que el electorado se mueve por los tópicos eco-progres al uso. Para entendernos, la energía es la clave de la economía. Por eso, antes que verde, tiene que ser barata y eficiente. Eso se llama carbón y nuclear. Pero nuestros políticos son... políticamente correctos. Es decir, medio lelos.

Hispanidad

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