Lo cierto es que la diplomacia del mundo libre no sabe quiénes dirigirán el posgadafismo

 

Sarkozy recibe al presidente del Consejo Nacional de Transición libio en un intento de que Francia lidere la transición.

A medida que llegan noticias que afirman que los rebeldes se encuentran cada vez más cerca de lograr el control total del país, comienza a surgir en los países occidentales la preocupación acerca de qué ocurrirá con la producción del petróleo.

En este sentido, el diario estadounidense Wall Street Journal, afirma que la inminente victoria rebelde en el conflicto podría suponer que se volviese a reiniciar la producción de barriles de petróleo y, por ello, sus analistas predicen que el coste del crudo será inferior en el año próximo como consecuencia de ello. Sin embargo, el diario norteamericano asevera también que como la compañía nacional del petróleo libia va a necesitar de una profunda reforma, es probable que se produzca un retraso en la producción de barriles. Con respecto a esto, cabe recordar que en otras intervenciones extranjeras en países árabes, el proceso de vuelta a la producción del 'oro negro' fue muy lento -por ejemplo, en Irak tras la intervención liderada por Estados Unidos se tardó más de ocho años en alcanzar la misma producción petrolífera del régimen de Sadam Hussein-.

No obstante, hoy por hoy la preocupación de la diplomacia internacional no se restringe únicamente a la producción petrolífera sino también a la propia transición política en el país ya que existen grandes incógnitas acerca de los líderes que llevarán a cabo la difícil transición política en la que se asoma la sombra del fundamentalismo islámico.

Por el momento, el presidente francés, Nicolás Sarkozy, siempre deseoso de gozar de notoriedad se ha erigido a sí mismo como líder de la transición en el país norteafricano y esta tarde recibirá en el Palacio del Elíseo al presidente del Consejo Nacional de Transición libio, Mahmud Jibril, con el propósito de asentar las bases de una transición política que se aventura caótica y muy peligrosa. El tiempo dirá si es así.

Gabriel López

gabriel@hispanidad.com