• Sabadell, NCG Banco, Caixabank y Popular están de acuerdo en su viabilidad.
  • Eso sí, no entra en la batalla accionarial entre Fernández Sousa y Carceller.
  • La Xunta de Feijóo no aceptaría al canario pero sí exige cambios en el equipo directivo y, lo más importante: una ampliación de capital.
  • Y la deuda sigue subiendo. Los informes ya hablan de entre 2.500 y 3.000 millones de euros.

Tras el megaconsejo del jueves en Pescanova, Demetrio Carceller (en la imagen) no logró que Manuel Fernández Sousa abandonara la Presidencia. Además, la Xunta de Núñez Feijóo le apoya. Tiene su sentido, dado que se trata de la segunda empresa de Galicia tras Inditex, donde trabajan 10.000 familias gallegas. Ahora bien, también en la Xunta del PP recuerdan que ellos luchan por la galleguidad de Pescanova, no por Sousa, quien se enfrenta a posibles responsabilidades por falsear las cuentas, es decir, por reducir la deuda real.

Oficialmente, la deuda de Pescanova era de 1.500 millones de euros. En Hispanidad ya informamos que la deuda real sobrepasaría los 2.500 millones de euros. Todo parece indicar que la cifra definitiva se va a situar entre los 2.500 y los 3.000 millones de euros, probablemente en la mitad de ese arco.

Ahora le toca hablar a la banca acreedora, que busca un banco de inversión para poner orden en esa deuda. Son cuarenta entidades, presididas por los mayores acreedores: Sabadell, NCG Banco, Caixabank y Popular. Todas las posibilidades están abiertas salvo la premisa de la que parten: los acreedores consideran que la empresa es viable y que en ningún caso debe desaparecer. "Es una empresa con un gran producto y con un problema de deuda", sentencia uno de los bancos acreedores.

Ahora bien, a partir de ahí lo mismo les da que sea Carceller o Sousa quienes continúen aunque, al igual que en la Xunta, consideran que el actual presidente, de quedarse, debe contar con un consejero delegado.

Lo que quieren los bancos es cobrar lo que les deben. Y ahí todas las posibilidades están abiertas, también la de nuevas emisiones.

Ahora bien, a la espera de saber qué medias hay que adoptar, qué activos hay que vender para reducir el apalancamiento, todas las entidades coinciden en que se obligará a Pescanova a realizar una ampliación de capital. Y ahí es donde se decidirá el pulso entre Sousa y Carceller.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com