Sr. Director:
Me sorprende que el jugador argentino Messi diga ahora que la inmersión en catalán le parece maravillosa.

En 2006 comentaba la experiencia de su familia y por la que han pasado muchos alumnos inmigrantes en Cataluña: "Cuando mi hermanita María Sol iba a la escuela le hablaban en catalán, lloraba y no le gustaba. Entonces mi vieja (Celia) decidió volver a Argentina con ella y mis hermanos Matías y Rodrigo para que siguieran la escuela allá".

Parece ser que la enseñanza en catalán no era entonces nada de maravillosa para los Messi. Ahora, el jugador, quizá influido por el Barça del señor Rosell, ha tenido que pasar por el aro de la corrección política y el pensamiento único nacionalista en Cataluña, renunciando a su coherencia y a sus ideas y las de su familia.

José Ginés