Sr. Director:

Las pensiones, el gran problema económico y caballo de batalla de este Gobierno, desean eliminarlas mientras recortan las actuales, suben el IRPF, medicinas, quitan prestaciones sociales, obligan a pagar el transporte en ambulancia para revisiones. 

Con el IPC como base para la subida de las pensiones diferente a la inflación anual que publica el Estado. En el cálculo del IPC dejan fuera muchos índices, conjunto de bienes y servicios que conforman la cesta de la compra, eliminando el más importante, las hipotecas/viviendas, antes las viviendas tenían hipotecas entre 12 y 20, hoy con la burbuja del ladrillo sobrevaloradas en casi un 150%, e hipotecas a 40 años, toda una vida laboral, representa cerca del 50% del sueldo percibido, frente al 20% como máximo hace 25 años, y al sacar este índice del IPC queda trastocada toda la cadena hacia la baja, afectando a la base reguladora de las futuras pensiones.

Pero olvidan la causa: los pensionistas fueron la base del crecimiento de la nación durante la post guerra, niños con cinco o seis años, muchos de los jubilados de hoy, empezaron a trabajar porque sus padres murieron o encarcelaron, sin nadie que le proveyese de sustento; se dedicaron a la "busca", con  12 años, tal vez podían cobrar unas "perras" que llevar a casa, todo ello sin SS social hasta 1963 cuando aparece la Ley de Bases de la Seguridad Social, con sistemas de cotización alejados de los salarios reales de trabajadores.

Tras el Real Decreto Ley 36/1978, se mejoró y dio una mayor estabilidad económica al sistema de la Seguridad Social, haciendo justicia a todos aquellos niños de entonces, sin protección de ningún tipo, con cerca de 40 años trabajados, aquellos que levantaron la nación, los que emigraron mandando dinero mientras sus madres trabajaban en casa del señorito o la señora, fregando sus suelos, limpiando sus sucias ropas, cocinándoles, criando a sus cachorros, muchos de los actuales gobernantes o sus hijos.

Y las siguientes generaciones ofrecieron a sus hijos lo que nunca tuvieron, creando otra generación en muchos casos egoísta, consentidos, celosos de su intimidad, e individualista, con la visión de vivir el momento, sin perspectiva de futuro, dejando estudios para conseguir dinero fácil, sin hacerles valorar la importancia de lo que le ofrecían y lo más importante, olvidando transmitirles la memoria pasada para conseguirlo, no sólo ellos, el conjunto de los asalariados ya no recuerda cómo se consiguieron las mejoras sociales.

Mientras la casta política mantenía sus privilegios casi medievales, dilapidando con sus corruptelas la caja de la Seguridad Social, que tanto sacrificio costó llenar, a su vez esos llamados políticos tienen asegurada su pensión con siete años de ejercicio parlamentario, cuando el 9/02/2013 el actual ministro de Justicia, en el  RDL 5/2000, añade la tipificación como "infracción grave" (art. 25), la realización de "trabajos por cuenta propia o ajena durante la percepción de prestaciones"; artículo que no les afecta a ellos, pudiendo tener sobresueldos, aparte del "sobre", mientras muchos jubilados mantienen a sus hijos y nietos parados, con una jubilación lograda con años de entrega y sacrificios, prohibiéndoles, si hubiera, un trabajo para aumentar su cada vez más escasa pensión.

José Enrique Centén Martín