El objetivo: conseguir capital pero mantener el control. La decisión de Julio Segura es trascendental: si se le concede a Bankinter lo pedirán el resto de las entidades. Botín asegura que ya hay un precedente: Abengoa. En pleno y doloroso proceso de recapitalización de bancos, esta salida permitiría evitar movimientos hostiles. Eso sí, nadie se automutila en derechos políticos si no le otorgan más derechos económicos. Por lo general, se renuncia al 90% de su voto potencial

Jaime Botín controla Bankinter con un 24% del capital, siempre por delante de su adversario, Crédit Agricole (23,6%). Ahora, Bankinter, como el resto de la banca española, necesita capitalizarse para cumplir con los nuevos requisitos exigidos por la Agencia Bancaria Europea (EBA).

Pero su pugna con Crédit Agricole por el control de la firma le obliga a captar nuevo capital. Si lo hiciera por la vía habitual, aumentaría su perímetro y su participación se diluye. Por tanto, Botín ha solicitado a la CNMV emitir acciones con voto limitado, es decir, con los mismos derechos económicos pero con menos derechos políticos. Naturalmente, con una prima inversa, es decir, que el suscriptor obtiene más rentabilidad que aquélla que le corresponde por su aportación. A cambio cede parte de sus derechos políticos, de su poder de voto. Por lo general, el 90% del mismo.

Bankinter argumenta que otras firmas cotizadas, como Abengoa, ya hacen lo propio. No obstante, el presidente de la CNMV, Julio Segura, duda, por cuanto sabe que en el actual proceso de recapitalización, especialmente de los cinco grandes bancos españoles, así como las de cajas en dificultades, si aprueba el caso Bankinter detrás irán Santander, BBVA, Bankia, Caixabank y Popular. Eso por de pronto.

Miriam Prat

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