• El ministro asiste, junto a Sáenz de Santamaría, a la entrega de las recomendaciones de la OCDE sobre la reforma de las administraciones.
  • La organización anima a que España reordene sector público pensando en el largo plazo.
  • El secretario general, Ángel Gurría, se permite un poco de poesía: "La reforma tiene que ser un estado de ánimo, una forma de ser".
  • Alerta del peligro de la "falta de cohesión del Estado" por la descentralización: las autonomías deben participar.
  • La vicepresidenta se fija en los avances de la vía telemática para ahorrar la cola de espera a millones de españoles.

El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro (en la imagen junto a Sáenz de Santamaría y Guindos), ha tenido una de cal y otra de arena con los funcionarios, esta mañana, durante la presentación del informe de la OCDE sobre la reforma de las administraciones públicas. Por un lado, los defendió porque "los recursos humanos son el recurso fundamental, también en la función pública". Y por otro, dijo que su ministerio quiere potenciar la movilidad del personal, en la carrera profesional y entre ministerios y áreas.
Ha anunciado que se convocarán más plazas que el año anterior "porque la crisis no puede suponer descapitalizar el Estado; descabezar al Estado sería un error tremendo". Las nuevas plazas, que tampoco son tantas, se reparten entre 238 para la Agencia Tributaria, 210 para habilitados de Administración Local y 950 en promoción interna de los empleados públicos.
En su informe, la OCDE ha recomendado a España, en concreto, que la reordenación del sector público no sea cosa de un solo año y que piense en el largo plazo. Su secretario general, Ángel Gurría, se ha permitido incluso un poco de poesía para insistir en ello: "La reforma tiene que ser un estado de ánimo, una forma de ser". Y eso es de lo deberá tomar nota el Gobierno. Recibieron de sus manos el informe de la OCDE, dos de los más afectados,  la vicepresidenta,  Soraya Sáenz de Santamaría, y al ministro Montoro.

Gurría habló de lo que está en boca de todo el mundo, que eso de las autonomías y de la descentralización está bien, pero que tiene un peligro: la propia falta de cohesión del Estado, "el propósito común". Y desde ese punto, incidió en que España, con su reforma, tiene "oportunidad única" en la que deben participar las autonomías. España, añadió debe tener "la capacidad política de lograr estos consensos fundamentales para avanzar cualquier política pública".

La vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, ha aprovechado la circunstancia de la presentación del informe para dar la razón a Gurría en eso de que hay que prolongar esta reforma en el tiempo. No obstante, ha querido centrarse en otras medidas que aunque parecen menores, también son importantes, como, por ejemplo, el impulso de la administración electrónica.

Soraya ha asegurado que las mejoras en ese punto han evitado colas a millones de personas: a 9,37 millones en la cita con en el servicio de empleo estatal, a  645.000 en las jefaturas de Tráfico o a 700.000 para pedir la tarjeta sanitaria europea. Dijo también que 263.000 ciudadanos y empresas han obtenido por la vía telemática el certificado de estar al corriente de los pagos a la Seguridad Social.

Mariano Tomás

mariano@hispanidad.com