Sr. Director:
Me identifico muchas veces con Eulogio al leer Hispanidad. Quisiera expresarme como él y no sé
Así me pasó con el artículo suyo del día 10/9/11, cuando hablaba de la batalla por la vida y decía: "…Si quieren ustedes dedicar su vida a una causa justa e influir en política, no lo duden: lo suyo es la lucha por el derecho a la vida. Es una lucha noble, además de cristiana y eso que ha dado en llamarse humanitaria, que no tengo muy claro lo que es pero siempre encontrarán alguna página WEB que se lo explique a conciencia. Porque el aborto es mucho más que el aborto: es una filosofía de vida que trata de elevar la clemencia a lo más alto de la pirámide de virtudes de una persona: clemencia para evitar el asesinato de la persona más indefensa: el concebido y no nacido. Oiga, eso puede llenar una vida. Y para disfrutar de la vida no hay nada mejor que darle un sentido. La defensa de la vida constituye una vocación, no una profesión, y quienes se apuntan (grupos de ayuda a chicas amenazadas, mujeres embarazadas y madres solas, de objeción de conciencia, médicos, juristas o propagandistas) a esta congregación saben que no recibirán ningún dinero –de hecho, lo aportarán- y sí muchos disgustos, entre otros ser estigmatizados por la atmósfera cultural dominante. Vamos, que merece la pena". Lo de influir en política se refiere a "molestar a los políticos", porque nada en política se hace hoy por la vida. Sólo en la medida que te dejes manipular y contigo algo puedan recaudar, tienes derecho a la vida. El resto, a la basura o a la tumbita.
Rosalía Cortés