Ojo al titular: Profesores y padres se rebelan contra la libre elección de colegio impulsada por la Comunidad de Madrid.

No, no es un error. Y sí, es cierto, conviene entrar en materia. Al parecer el asunto consiste en que todos seamos iguales a la fuerza, algo así como lo de la vieja película de la postguerra en el Pacífico: "a estos japoneses los hago yo demócratas aunque tenga que fusilarlos todos".

Veamos: que los profesores -los de los centros públicos, claro está- renieguen de la libertad de los padres para elegir el colegio de sus hijos es algo que hasta ahora sólo hacían mediante eufemismos, con los que trataban de ocultar la menor capacitación y organización de los centros públicos respecto a los privados. O el mayor sectarismo de los colegios estatales, que todo podría ser.

Simplemente, intentaban salvar su puesto de trabajo, mejor remunerado que el de los profes de la enseñanza privada, que, encima, trabajaban mucho más. Hasta ahí correcto, además, siempre tendrían el apoyo de la izquierda para quien la enseñanza es, sobre todo, sindicatos.

Ahora bien, que los padres se opongan a su libre elección del colegio en donde quieren que estudien sus hijos, hombre, eso ya parece cachondeo.

Y sobre todo, más que cachondeo es una mentira enorme. Veamos, los padres eligen en un tanto por ciento elevadísimo -yo diría que el 100 por 100 de los que pueden elegir- un centro privado concertado para sus hijos. A igual precio, se quedan con la enseñanza privada Y encima, al Estado le sale mucho más barato.

Algo tendrá el agua cuando la bendicen. Si resulta que la inmensa mayoría de los padres quieren para sus hijos la enseñanza privada, será porque la enseñanza privada es mejor que la pública. Pero que encima se trate de cercenar la libertad de elección de los padres en nombre de la igualdad, hombre, eso ya tiene demasiados bemoles.

La Comunidad de Madrid hace muchas cosas mal (por ejemplo, la financiación pública del aborto privado). Pero no ésta, desde luego. Y la marea verde no es sino la presión de un grupo de presión, el de los funcionarios de la enseñanza, o aspirantes a ello, en defensa de su sueldo. Los niños, propiamente dichos, les importa un bledo.

España necesita una cura de libertad, está claro. Porque si hemos llegado a pedir abiertamente que se conculque la libertad de elección es que algo grave está ocurriendo.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com