• El viraje de la ministra Ana Pastor: España no puede permitirse unas pérdidas de 10 millones de euros diarios
  • El definitiva, hemos pasado de unos despidos de 4.500 a una nueva oferta de 3.100... para terminar en la mitad de masa de cifras: 3.800.
  • El Gobierno, que en principio apoyó a los huelguistas, se vio sorprendido por la reacción sindical.
  • Los consejeros españoles, que hicieron frente a los británicos, afrontan el cambio de vocales en mayo.
  • Alierta llegó a corregir a Willie Walsh, advirtiéndole que no aprobarían sus planes iniciales.
  • Hasta el presidente de British y vicepresidente de IAG, Martin Brouton, tuvo que llamar al orden al Ceo.
  • Eso sí, al Gobierno no le gusta el paso de Vueling a IAG.

El primer plan de IAG para Iberia contemplaba el despido de 4.500 trabajadores (la plantilla la componen algo más de 20.000). El Gobierno Rajoy, tanto los ministros Ana Pastor como José Manuel Soria, se pusieron de parte de los sindicatos. Iberia cedió y la empresa que preside Antonio Vázquez (en la imagen) presentó a los sindicatos un nuevo plan: los despidos se reducían a 3.100, todos ellos con prejubilaciones y se mantenían las rutas que iban a ser cerradas. Ahí llegó la sorpresa, porque los sindicatos empelaron términos más duros que con el primer plan: lo más fino que se oyó fue que se trataba de un chantaje.

Fue ahí donde el Gobierno dio el viaje. Ana Pastor -mañana del martes- aseguraba que España no puede permitirse 15 días de huelga a razón de 10 millones de pérdidas por jornada. No queda claro si se refería a pérdidas de la compañía o a las pérdidas inducidas en el sector aéreo y turístico.

En conclusión, pasamos de 4.500 despidos a 3.100, y ante la cerrazón sindical, nos quedamos en el punto medio entre ambas entidades: 3.800. Eso sí, ya estamos en tiempo de ERE, lo que significa que, a mediodía del martes, los sindicatos recogían la documentación y tienen 30 días para modificar los trazos. El problema es: si pretenden volver a los 3.100, ¿cómo les van a explicar a sus bases que ahora apoyan lo que antes era un chantaje

En el entretanto, lo más sorprendente es el silencio del SEPLA. Los levantiscos pilotos de Iberia han dejado que esa vez sea el personal de tierra quien les haga el trabajo sucio.

En todo el pulso entre la dirección y los sindicatos, lo que menos ha trascendido es el enfrentamiento entre consejeros españoles y británicos por la reconversión de Iberia. Hubo consejeros de origen norteamericano que llegaron a proponer el cierre de Iberia, mientras los españoles se batían el cobre por hacer valer los puntos fuertes de la compañía fusionada.

El español César Alierta llegó a enfrentarse con el Ceo Willie Walsh, advirtiéndole que no iban a admitirle sus propuestas iniciales. Eso sí, en mayo renuevan consejeros y los españoles podrían quedarse en minoría. Cuidado.

Eso sí, al Ministerio de Fomento, ahora con la dirección de Iberia, no le gusta el proceso paralelo por el que Vueling, empresa en beneficios, filial de Iberia, pase directamente a IAG.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com