Santander anunció que sus clientes podrán aplazar el pago del principal, una medida para buscar titulares, según BBVA

El consejero delegado del Banco Santander, Alfredo Sáenz anunciaba el miércoles que su entidad aplazará hasta tres años el pago del capital en las hipotecas de aquellos clientes que se queden en paro. Sáenz justificó la idea por la mala imagen de la banca, pero a BBVA la propaganda le ha parecido excesiva. Su consejero delegado, Ángel Cano respondía este jueves: "Nosotros no andamos buscando titulares, no buscamos repercusión mediática". El pique está servido.

Cano aseguró que su banco no solo no necesita tomar medidas similares, sino que ya dispone de un trato personalizado con sus clientes para adaptarse a su capacidad de pago. En la presentación de resultados del BBVA, se le pudo ver algo molesto por perder la batalla de la imagen reputacional: "Nos centramos en nuestros clientes y no nos hemos preocupado de contaroslo a vosotros" dijo a los periodistas.

El primer ejecutivo del BBVA considera incluso que sus soluciones son mejores por no ser generales y, como suele ocurrir en todas las ruedas de prensa del banco, destacó la importancia de su sistema informático. Cano reconoció que la situación de que el banco tenga que quedarse con la casa es "dramática" y la considera "la peor opción".

Ante la insistencia de los periodistas, Juan Asúa, director general de BBVA para España, tuvo que salir a la palestra. Asúa repitió que no busca titulares, pero detalló que el banco lleva a cabo medidas como la carencia total o parcial del capital, las suspensiones de cuotas, el traslado de una parte de la deuda al final del crédito o el alargamiento de los plazos.

Mientras tanto, a Cano le dio tiempo a pensar y en su matización posterior destacó que el paro juvenil es uno de los grandes problemas y que de los 5.000 contratados de los últimos años muchos son menores de 35 años y han contado con 3.000 becarios. Claro que el BBVA no son las Hermanas de la Caridad y la contratación de gente más joven ha servido para sustituir a los prejubilados: los jóvenes son más baratos, se quejan menos y entran con menos privilegios que los veteranos. Y de los becarios, ni hablamos.

Rodrigo Martín

rodrigo@hispanidad.com