Garzón no está en paro

Y ZP y Rubalcaba sólo se preocupan de uno. ¿Quién será ese uno y por qué motivo sólo les preocupa ese uno? Es más, ¿por qué se preocupan tanto que le proporcionan, no uno, sino tres empleos?

Pues ese ciudadano que tiene el pleno y exclusivo apoyo del Ejecutivo se llama Baltasar Garzón Real. Tiene ya tres trabajos, y en los tres ha mediado ZP. El primero, con la Presidenta de Argentina, amiga íntima del Fiscal del Tribunal de La Haya, a fin de colocarle como adjunto a éste.

El segundo, asesor del Presidente de Colombia. Pagado con cargo al dinero que abona España a la O.E.A. El trato se cerró recientemente entre Juan Manuel Santos y ZP, cuando el primero visitó nuestro país.

Y el tercero, miembro español del Comité para la Prevención de la Tortura (CPT) del Consejo de Europa, con sede en Estrasburgo. En tal condición visitará las prisiones y se preocupará del trato que se da a los internos. Las presiones diplomáticas del Ministerio de Asuntos Exteriores español hicieron que al final saliera elegido, frente a una profesora de universidad, que era la inicialmente elegida por los órganos técnicos.

Es de muy dudosa legalidad -por no decir sencillamente que es ilegal- el pluriempleo de Garzón, ya que un juez suspendido de funciones sigue siendo juez y, por tanto, sujeto al régimen de incompatibilidades y al estatuto propio de los jueces. Yo mismo estuve en esa situación dos años, percibiendo los dos mil euros que percibirá ahora Garzón. No podía hacer nada en ese intervalo de tiempo: sólo la docencia. Y escribir en un medio de comunicación, siempre que fuera de forma esporádica, no permanente y mediante relación laboral, según se me dijo.

Garzón recibe ahora, pues, cuatro sueldos. Más aparte charlas, conferencias... ¿Cuánto nos habrá costado el pluriempleo de Garzón a los españoles? ¿Será el precio del silencio? ¿Como el dinero que se pagó a Amedo?

¡¡Qué vergüenza¡¡ ¿Dónde está Cándido, que es el defensor de la legalidad? Pues haciendo las maletas, supongo, para "defender" la legalidad que le parezca oportuno desde el Tribunal Constitucional.

Fernando Ferrín Calamita