Esta vez es la progresía, fiel seguidora de las consignas del Nuevo Orden Mundial (NOM), la ideología imperante, se ha pasado de frenada y ha tenido que rectificar. Recuerden, un segundo después del múltiple asesinato de Noruega, al salvaje autor se le calificó como fundamentalista cristiano.

En España, El País acuñó el concepto de ultracatólico que significa, sencillamente, católico.

Pero como en algunos países lo de fundamentalista cristiano suena demasiado ridículo ha habido que rectificar. Ahora los medios NOM hablan de "ultraderecha". Pero volverán a ello enseguida, no lo duden. Recuerden que el enemigo del NOM no es la derecha, sino la Iglesia de Roma, que es distinto. El NOM no es de izquierdas, entre otras cosas porque adora a los mercados financieros; lo que caracteriza al NOM es la cristofobia. En breve, volveremos a oír hablar de ultracatólicos y de fundamentalismo cristiano, tan pérfido y cruel, no lo duden, como el fundamentalismo islámico.

Eulogio López

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