Sr. Director:

El último discurso en el cuarto día del viaje apostólico en Corea durante el mes de agosto del Papa Francisco fue dirigido a los líderes del Apostolado seglar.

En él destacaba la importancia de la asistencia, que debe estar también orientada al desarrollo de la persona. Los animó a multiplicar esfuerzos en el ámbito de la promoción humana. También tuvo palabras de gratitud y reconocimiento a las mujeres católicas coreanas, que contribuyen a la vida y misión de la Iglesia como madres de familia, como catequistas, maestras y de tantas otras formas.

Finalmente el Obispo de Roma destacó la importancia del testimonio dado por las familias cristianas. En una época de crisis de la vida familiar –dijo– la familia sigue siendo la célula básica de la sociedad y la primera escuela en la que los niños aprenden los valores humanos, espirituales y morales que los hacen capaces de ser faros de bondad, de integridad y de justicia en nuestras comunidades.

"Cualquiera que sea vuestra colaboración con la misión de la Iglesia, os pido que sigáis promoviendo en sus comunidades una formación cada vez más completa de los fieles laicos, mediante la catequesis continua y la dirección espiritual.

Os pido que todo lo hagan en completa armonía de mente y corazón con sus pastores, intentando poner sus intuiciones, talentos y carismas al servicio del crecimiento de la Iglesia en unidad y en espíritu misionero", concluyó.

Lluis Esquena Romaguera