La ministra de Sanidad, Ana Mato (en la imagen), se ha convertido en la abanderada contra la violencia de género, que no en vano el lunes 25 se celebra el día contra la violencia machista. "Cuestión de respeto", dice Ana Mato, aunque lo circunscribe al respeto del hombre a la mujer.

Al revés, al parecer, no es necesario. O sea, que estamos en la eterna visión sexista del feminismo que considera, créanme, a la mujer como un ser medio tonto, incapaz de hacer daño al varón si se lo propone. La violencia psicológica, al parecer, no existe. Los que sí respetamos la inteligencia y capacidad racional de las mujeres sabemos que es muy capaz de hacer daño al varón, como toda una campeona.

Para entendernos, la ideología de género, que es la que practica la ministra de Rajoy nos viene a decir lo siguiente: si Pepe pega a María el culpable es Pepe. Si María humilla a Pepe el culpable somos todos los pepes del universo. Además, es lógico que María pegue, violente y humille a Pepe, porque Pepe lleva aproximadamente unos 50 siglos violentando a María, en un mecanismo de dominación inadmisible. Para entendernos, cuando María no respeta a Pepe no está cometiendo mal alguno: simplemente recuperaba la némesis histórica, ya saben, en busca del tiempo perdido.

Esta es, en pocas palabras, la atmósfera dominante en este lunes 25 de noviembre, día contra la violencia de género. Feministas y varones interesados o medio lelos han lanzado el tópico. Digo medio lelos porque ya se sabe que sólo hay algo más tonto que un obrero de derechas y es un varón feminista.

En España la ideología de género, una de nuestras más abyectas ideas preponderantes, que ha llevado a la batalla a media humanidad y la otra media, viene representada por la Ley contra la Violencia de Género, obra del Gobierno Zapatero pero apoyada con entusiasmo por el Partido Popular.

Una ley que la ministra Mato considera claramente insuficiente: asegura que va a ir a más. Pero lo cierto es que es la ley más injusta que uno recuerda. Una ley que está llevando al varón al calabozo por la simple denuncia de la mujer, sin diligencia previa alguna. Una ley en la que es el acusado quien tiene que probar su inocencia.

Y una ley que está sirviendo para que cualquier desalmada (no se lo van a creer pero hay mujeres malas) utiliza, especialmente a la hora del divorcio, para quedarse con los hijos, el matrimonio y la libertad de su marido. Mintiendo, naturalmente o aprovechando el ambiente social creado, donde, como decía un famoso estudio, la violencia machista se estira hasta el lamentable hecho de que el varón le deje el peor sitio del salón familiar mientras ven la tele. Una vergüenza machista.

Por tanto, lo primero que debería hacer el Gobierno es suprimir la Ley contra la Violencia de Género, en lugar de corregirla y aumentarla, porque cuando se profundiza en una injusticia se es mucho más injusto.

Por otra parte, dentro de esta campaña contra el machismo, se olvida de que el machismo mata pero el feminismo aún más. El machismo ha provocado que 45 energúmenos hayan matado a sus mujeres durante 2013. Por supuesto que hay que perseguirlos y encarcelarlos, no porque hayan matado a una mujer sino porque han matado a una persona. Pero resulta que las mujeres -casi siempre con varón detrás, sí, pero mujeres- han asesinado a 120.000 niños, a sus propios hijos, no nacidos, que no eran culpables de nada. El feminismo que decreta el 'derecho al aborto' es mucho más homicida que el machismo.

Por cierto, doña Ana Mato se ha mostrado -mañana del lunes en los Desayunos de RTVE- ofendida con el libro Cásate y sé sumisa. María Casado, la conductora del espacio, le ha preguntado qué le parecía el libro "editado por el Obispado de Granada". Naturalmente, Mato ha exigido la retirada de la obra, que seguramente no ha leído. Llama la atención la pregunta: es como si se preguntara por un libro de Pérez Reverte aludiendo al "libro de la editorial Planeta". Se trataba, claro, de obviar que el tal libro -una delicia- fue escrito por una mujer, periodista italiana, para ser más exactos, que no hacía otra cosa que recordar la teoría de Juan Pablo II sobre la relación entre el hombre y mujer en el matrimonio: "Sumisión recíproca". En efecto, en toda pareja -y de otra forma no funcionará- la mujer debe someterse libremente al varón y lo mismo el varón a la mujer. Estamos hablando de  donación mutua

Pero es que esta señora, la ministra Mato, no se atreve a decir la verdad: prefiere apuntarse a la ideología de género y hacerse la progresista. Toda una progre, eso sí, progre de derechas.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com