Decíamos ayer lunes que el hombre, ser pérfido y violento donde los haya, lleva martirizado al ángel-mujer desde hace unos 50 siglos, centuria arriba, centuria abajo.

Lo del 70% de mujeres maltratadas en el mundo me recuerda lo de los 300.000 abortos clandestinos que se daban en España, que las feministas repetían con denuedo y que, naturalmente, era otra mentira que se habían sacado de la manga. Cuando se legalizó el infanticidio en España, dejaron de utilizarla y a correr.

Ahora el mundo ha cambiado mucho y las campaña son globales, así que ha sido Naciones Unidas, eje del Nuevo Orden Mundial (NOM) anticristiano y de uno de sus vehículos, la ideología de género. Así que ha sido la ONU quien ha soltado el incomprobable e indemostrable aserto que va a correr de boca en boca por todo el planeta: 7 de cada diez mujeres han sufrido violencia de género, es decir, violencia a cargo del hombre. No se precipiten: no es que 7 de cada diez hombres se dediquen a golpear a las mujeres, aunque sospecho que el lobby feminista de Naciones Unidas no haría ascos a tamaña conclusión. Al parecer se trata de que hay profesionales de la dominación.  

Uno comprende que, en la sociedad de la información, es muy difícil enfrentarse al tópico con éxito. Ya saben: no se debe decir lo que la gente no está dispuesta a creer aunque sea cierto.

En el caso que nos ocupa, el tópico consiste en partir de una preposición convertida en proposición: todo varón es un depredador de la pobre mujer desvalida. A partir de ahí descubrirán a algunas mujeres que, de repente, descubren que han sido maltratadas, aunque hasta el momento no se habían percatado de ello. Y ya puestos, lo que me extraña es que sólo sean el 70%.

Que no, que no exagero nada. Ejemplo, la delegada del Gobierno Rajoy contra el maltrato de género, Blanca Hernández (en la imagen), nos informa desde RTVE que el gran problema es la autodetección del maltrato. "Advertid las señales del maltrato". Es decir, María observa a Pepe, su pareja, sentado a su lado y entonces cae en la cuenta de que Pepe, que está comiendo la ensalada, justo a su lado, esconde un asesino en potencia. ¿Me siguen, verdad

Estamos ante un ominoso delito en que se hace necesario anunciar a la víctima que es víctima, porque la susodicha no se ha percatado de su condición de maltratada.

Es decir, que según el científico método de doña Blanca, a buen seguro que las maltratadas no son el 70% sino el 101%.

Pero la entrevistadora anima el cotarro y le pregunta lo siguiente:

-¿Y cómo se ayuda a autodetectar el maltrato a la que no lo quiere ver

Es decir, que no sólo es que no las haya despistadas, sino masocas.

Ya lo decía decía Giovanni Guareschi: si no tuvieran el consuelo de hablar, ¿cómo podrían sobrevivir estas pobres mujeres condenadas a sufrir en silencio

Y ya metidos en esta orgía de necedades, doña Blanca, comisaria del Comité Central pepero para el asunto, nos advierte de que "muchas veces se utiliza a los hijos para hacer daño a las madres". Mirá vos: y yo que pensaba que lo habitual era lo contrario: la utilización de los hijos por parte de la madre contra el padre era una de las especialidades maternas.

Más madera, es la guerra: 800.000 niños viven en hogares donde sufren violencia de género. Ahora bien: ¿de qué género

Estamos ante un lavado de cerebro global, lavado feminista por supuesto. El paroxismo mental avanza en la guerra más estúpida que viera la humanidad: la guerra de sexos.

Seguiremos informando.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com