Admiro a Felipe González (en la imagen) tanto como están alejadas nuestras cosmovisiones. Le admiro porque el sevillano habita un barrio muy alejado del histrionismo intelectual de Zapatero o del cinismo de Rubalcaba. Pero esta vez se ha pasado.

Con una ironía un tanto plebeya ha dicho que no le preocupa que Aznar regrese a la política con tal de que no lo haga para salvar a la patria. Es un dardo envenenando pero con purines. A fin de cuentas, ¿no es lo mismo venir a salvar a la patria que a servir a los españoles (tenga Aznar esa vocación de servicio o no la tenga, que esa es otra cuestión). Las ironías que juegan con los términos y no con los conceptos se convierten en mero sarcasmo.

Eso no es digno de usted, señor González. Tal parece que no ha digerido que Aznar le derrotada en el 96. Y además, no olvide que, aunque Aznar gobernara como el chuleta ideológicamente acomplejado que es, hay aspectos éticos en los que demostró su superioridad moral sobre usted: por ejemplo marchándose a los ocho años. Usted no. Si alguien tiene fuerza moral para regresar al proscenio político -aunque, personalmente, creo que no debería hacerlo- es José María Aznar.

Eulogio López

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