Ocurrió durante la reciente Cumbre Iberoamericana de Panamá. En la entrega de los Premios Empresario Global, figuraba el ministro de Asuntos Exteriores español, José Manuel García-Margallo, quien habló sobre la reversión de la soberanía estadounidense sobre el canal al Gobierno de Panamá, "una de las pocas cosas buenas que ha hecho la diplomacia norteamericana". Y se quedó tan ancho. Y es que "la diplomacia norteamericana no se caracteriza por sus aciertos".

Sí ministro, pero Barack Obama (en la imagen), el presidente más progre de Estados Unidos, el primer presidente convertido en instrumento directo del Nuevo Orden Mundial (NOM) cuenta con una caterva de defensores por todo el mundo.

Ahora resulta que la Agencia de Seguridad Nacional (ruego revisen la estupenda película Enemigo Público para enterarse de cómo funciona) lleva espiando a todo el mundo, enemigos islámicos y amigos europeos. Pero los defensores de Obama están dispuestos a trovar valores con tal de defender al presidente más peligroso que haya tenido Estados Unidos. 

Argumentos de Defensa:

1.- Obama no sabía nada de los espionajes.

Es decir, que cuando le contaban los secretos inconfesables de doña Ángel Merkel no preguntaba cómo lo sabían.

2.- Obama no puede rectificar porque el espionaje a los países amigos son necesarios para la defensa no sólo de Estados Unidos sino de los propios países espiados.

Hombre, además de la prepotencia que revela el argumento, a los amigos, señores norteamericanos, se les pregunta, no se les espía. Y si tan necesario es espiarlos, Obama debería reconocer que se equivocó y que va a rectificar.

No lo hará.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com