Mariano Rajoy se marchó a Berlín a llorarle a Merkel y consiguió algo muy valioso, al menos para él: Merkel criticó la pesada herencia de Zapatero.

Su segunda, Soraya Sáenz de Santamaría se marchó a Washington para entrevistarse con Christine Lagarde (FMI) y consiguió algo aún más valioso: una entrada para Bilderberg, la reunión más sonora de Nuevo Orden Mundial (NOM), donde sólo son invitados dos españoles por año.

Mientras, la prima del señor Riesgo, antes conocida como riesgo país, se disparaba y el bono español se ponía por las nubes, en la frontera del 6,6% (a 10 años).

Y si la situación española sigue siendo rehén de los especuladores, la conclusión es clara: Merkel y Lagarde no mandan nada.

Pero esto es bello e instructivo. Vamos a ver, tanto Mariano en Berlín como Soraya en Washington han pedido la solidaridad de los mercados financieros, algo así como un piloto de Iberia modesto, es decir, una contradicción 'in terminis'.

Los mercados no transfieren fondos, transfieren créditos, que hay que pagar con intereses. Y si no puedes pagar te extorsionan.

El FMI es un banco y otorga créditos. Su solidaridad consiste en otorgarlos a menor tipo de interés pero a cambio, exige más ajustes. La Unión Europea, cuando se fundó, y hasta el desgraciado año de 1992 (Maastricht) también traspasaba fondos de los países ricos a los pobres. Ahora no, ahora transfiere capacidad de endeudamiento o la manguera de la máquina de hacer dinero (BCE) sólo que a cambio de hacer crecer la burbuja financiera. Es el sistema del NOM; el sistema de los poderosos, políticos y especuladores hermanados.

En definitiva, lo que tiene que cambiar es Europa, con el retorno a un presupuesto común (congelado desde hace 4 años) y dejando caer a los bancos en quiebra.

Todo lo demás es solucionar los males provocados con la burbuja con más burbuja, curar los males de la especulación con más especulación.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com