La violencia e inseguridad que se viven en México no es un fenómeno actual sino que lleva décadas sucediendo, una buena prueba de ello es lo que se narra en el drama humano Espacio interior.

El nombre de Bosco Gutiérrez Cortina no resulta conocido en España, pero este hombre, un arquitecto mexicano, sufrió en el año 1990, un duro secuestro muy similar al que padeció  nuestro compatriota José Antonio Ortega Lara. Esa trágica experiencia se conoció primero en España en un libro titulado "257 días" y ahora llega el drama cinematográfico: Espacio interior.

Espacio interior narra, día a día, las penalidades y humillaciones sufridas por este joven durante los 257 días que permaneció en un "zulo", de 3x1,50 metros cuadrados, retenido y aislado del mundo exterior. En ese periodo de tortura Lázaro, que así se llama el personaje en la película, pasó de la depresión a la aceptación de su sufrimiento gracias a su impresionante fe, en lo que constituye una película testimonio.

El director Kai Parlange, para que esta historia no fuera tan claustrofóbica como el recinto donde estaba encerrado el protagonista,  recurrió, con acierto,  a constantes flash-back donde ofrece retazos muy hermosos de  la  infancia y la juventud de Lázaro: su familia, su afición al deporte, su educación religiosa,  donde queda claro que el bagaje personal que cada individuo lleva dentro puede servirle ante una adversidad tan monstruosa. Todo ello conduce a que, a pesar del minimalista argumento, esta película  funcione y el espectador llegue a impresionarse con la fortaleza de este hombre, amenazado continuamente por sus captores con ser ejecutado, a quien nunca pudieron arrebatarle su libertad espiritual.   

Si tienen interés vayan a verla pronto porque sólo se verá en 25 salas de cine en toda España.

Para: Los que tengan claro que el ser humano también es capaz de ser protagonista  de las mayores grandezas