• La codicia alemana destroza la Unión.
  • Una vez extorsionadas las economías del sur de Europa, será la opinión pública alemana la que quiera salirse del euro. En efecto, no tendrá más que ganar.
  • La única solución sería que Italia y España le hicieran frente abandonando el euro ante que Alemania, ya mismo.
  • Pero para eso se necesitan estadistas más valientes que Monti o Rajoy.

Érase una vez un país llamado Grecia que tenía unas pocas tierras propiedad de la abuela. Vino uno de sus vecinos grande, llamado Teutonia, y le propuso juntar todas sus tierras en una sola. Mancomunadamente, como en una cooperativa. Naturalmente, en la cooperativa mandaría quien más tierra aportara y así, Teutonia decidió qué es lo que plantaría Grecia en las tierras de la abuela y a qué precio vendería el producto de esa tierra y, sobre todo, a qué precio compraría los productos del cooperativista dominante: Teutonia.

Y entonces Grecia tuvo una mala cosecha, y los teutones le dijeran que tenía que vender barato pero que cada vez tendría que comprar más caros los productos de Teutonia.

Y así pasaron los años y la cosa cada vez iba a peor. Los griegos ya no mandaban en su tierra, cada día pagaban más por los productos teutones y cada e les pagaban menos por los suyos. Y entones llegó aquel día: los teutones, apoyados por el resto de la cooperativa, advirtieron a los griegos que eran un desastre y que sintiéndolo mucho, tenían que abandonar la cooperativa, con una tierra devaluadas, una producción que nadie quería y una deudas elevadísimas tras comprar productos teutores, también conocidos como Prusianos.

Entonces los griegos supieron que se debían apretar el cinturón más que nunca antes, que nadie les compraría sus productos y que, encima, ahora que  volvían a ser independientes, probablemente podrían sufrir un acceso de inflación galopante.

Pero lo más duro de todo fue soportar como toda la cooperativa europea les retiraba el saludo, porque ellos, y sólo ellos, eran los culpables de su lamentable situación. Gente poco seria que no pagaba sus deudas al usurero teutón.

Y echaron a Grecia de la cooperativa, ahora que su participación estaba devaluada y no se le podía estafar más.

El Reino de España aún no está en esa etapa. No ha sido expoliado pero está siendo expoliado, que no lo mismo aunque terminará por serlo.

Al revés que los expoliados griegos, los españoles aún tenemos margen de maniobra, sólo que Mariano Rajoy no se atreve. ¿Cuál es ese margen? Salirnos del euro, naturalmente, y recuperar la soberanía monetaria, volver a la peseta.

Pero no parece que lo vayamos a hacer. Sí, es posible que llegue un momento en que sea la propia opinión pública alemana quien, una vez expoliado el Mediterráneo, decida destruir el euro. Teutonia ya no tendrá más bienes que expoliar.

En cualquier caso, ni Mario Monti y Mariano Rajoy tienen el coraje necesario como para plantarle caro al IV Reich, salirse del euro y volver a la peseta.

En cualquier caso, esta Europa convertida en un banco no puede subsistir. Al igual que cayó el II Reich por la fuerza de las armas caerá el amago de IV Reich monetario. Será el momento de volver a la etapa pre-Maastricht (donde comenzaron todos los males), con un presupuestos común para levantar a los caídos y mejorar el mercado de los mejor situados, así como para nivelar, poco a poco, la renta per capita entre los socios.

Por ahora, ese presupuesto común, del que nadie habla, lleva cinco años congelados en los 140.000 millones de euros, una décima parte de lo utilizado para salvar bancos en crisis.  

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com