La pastoral de los migrantes toma experiencia de la migración de cada uno de los países en el exterior, cuando los capellanes asistían a sus compatriotas en otras tierras.

 

La caridad cotidiana nace de la eucaristía y los inmigrantes se vuelven promotores de la evangelización, no sólo con los otros inmigrantes sino también con las personas que asisten.

Además de una labor de ecumenismo de base con los que son cristianos que favorece el ecumenismo en general. Informa ZENIT.