Sr. Director:

En atención al tema publicado en este link, escribo para manifestarle que, respetando el derecho que tiene de emitir su opinión en los términos que considere más adecuados, pienso que, por las expresiones utilizadas, conviene que conozca un poco más acerca de la realidad de Ecuador.

Consciente de que puedo ser yo el equivocado y de que es altamente probable que mi crítica -emitida con la intención más constructiva- le resulte completamente indiferente, debo decirle que me parece que comete un error de apreciación al utilizar términos como "dictador" o "perseguidor de la prensa ecuatoriana."
Yo soy ecuatoriano y he vivido en Ecuador toda mi vida. Si usted viviera aquí comprendería muchas cosas que no se pueden vislumbrar desde otro país, utilizando como fuente de información agencias de prensa y medios de comunicación que revelan de forma muy pacial la realidad de mi país. Si usted viviera aquí podría palpar la enorme diferencia de un Ecuador antes del actual gobierno y durante el mismo. Por supuesto que hay detractores y está bien, pero la popularidad del presidente Correa no tiene tanto que ver con la atención mediática que a veces logra capturar a través de acciones que se pueden tildar de "chocantes" o "provocadoras" -como caso Julian Assange- sino con un reconocimiento de verdaderos cambios en el país a nivel de transparencia, acceso a la educación, acceso a la tecnología, desarrollo de la ciencia, inclusión de las minorías étnicas, efectivas políticas de género, mejora en los servicios públicos, justicia tributaria, entre otras.

Trabajo en el sector público por mérito propio, en Hacienda para ser más concreto, y puedo ver el gobierno de Correa desde otra perspectiva. En la institución en la que laboro tenemos un compromiso ético y profundo con una recaudación de impuestos que sea respetuosa de los derechos del ciudadano, rechazamos la arbitrariedad y nos manejamos bajo una estructura organizacional adaptada del sector privado con criterios de eficiencia y transparencia.
Nuestra política es de atención igual para todos los ciudadanos con estrictas medidas de seguridad corporativa e inteligencia fiscal para evitar la corrupción a toda costa. Contamos con canales eficientes para la atención al público y la recepción de sus quejas y sugerencias. Nuestro personal de auditores está bien entrenado en garantías constitucionales para no violentar los derechos del ciudadano cuando se le audita a fin de encontrar inconsistencias. Devolvemos inmediatamente el dinero del contribuyente que ha pagado impuestos en exceso (por encima del porcentaje establecido como tarifa sobre la base imponible), devolvemos todo el impuesto pagado por personas mayores de 65 años y de discapacitados. Constantemente trabajamos en el mejoramiento del servicio y mantenemos con firmeza una política de cero tolerancia a la corrupción.
Al igual que la institución en la que laboro, muchas otras han dado giros espectaculares en el país. Sinceramente, señor López, yo siento que vivo en un Ecuador mucho mejor. Con el gobierno de Correa el servicio de Correos del Ecuador se ha transparentado al punto de que pasó de ser una institución completamente ineficiente a un referente en la región (el servicio de correo público de Ecuador es uno de los mejores del mundo en atención, servicios, eficiencia y transparencia), los juzgados de la niñez y la familia pasaron de oficinas completamente inadecuadas a edificios inteligentes con una estructura adecuada para recibir a las madres y atender a los niños a través de las oficinas técnicas especializadas.
En Ecuador las únicas personas que podían acceder a estudios de posgrado en el exterior eran las que contaban con mucho dinero o los afines al gobierno que repartía entre sus allegados las 13 becas que había para todo el país; con el gobierno del presidente Correa se crea la Secretaria Nacional de Ciencia y Tecnología que, además de implementar excelentes reformas en el sistema de educación superior, concede becas a 2.000 personas al año para que realicen sus posgrados en universidades de prestigio en el país de su elección.
Para mí, un Estado que me permite desarrollarme, acceder a una educación mejor, a instituciones públicas donde me siento bien atendido y respetado en mis derechos constitucionales, a servicios públicos de cada vez mejor calidad, a la posibilidad de una auténtica superación personal, es la definición verdadera de un Estado democrático y por eso le escribo... para que conozca mi opinión como una persona que no es afín ni contraria a la persona de Correa pero que sí percibe un cambio positivo en muchos aspectos.
Me encantaría, con toda franqueza, que acoja mi comentario como una opinión vertida con respeto, sólo con el ánimo de aportar una perspectiva diferente y que no siempre es tomada en cuenta.

Luigi De Angelis S.