Amancio Ortega acepta la OPA, pero no piensa quedarse. El empresario ya rechazó hacerse con el banco gallego cuando se lo propuso la Xunta. Banco de España sugirió a BBVA, Banco Espirito Santo, Caixa, Sabadell y Popular. La lucha quedó entre los dos últimos, pero Popular ofreció más. Ron admite que habrá cierres de oficinas, pero sin bajas traumáticas. Credit Mutuelle podría ser el gran beneficiario a través de la cesión de oficinas. Ron descarta nuevas compras a medio plazo. Con esta operación se inicia una nueva oleada de fusiones bancarias

Ángel Ron y José María Arias presentaban este lunes la fusión entre las entidades que presiden, el Banco Popular y el Banco Pastor. La resultante será un banco con más de 7 millones de clientes, 161.000 millones de euros en activos y más de 2.700 sucursales.

La cuestión de las sucursales era una de las claves que más han sorprendido, ya que el Popular cuenta con suficientes oficinas en Galicia. El presidente de la entidad aclaró que habrá bajas y cierres de oficinas, pero que el proceso "no será traumático". Ángel Ron reconoció además que Credit Mutuelle podría ser el beneficiario a través de la cesión de oficinas.

Los detalles de la OPA sobre el 100% se han dado después de que el 52% haya aceptado. El 42% es la Fundación Pedro Barrié de la Maza y el 10% restante corresponde a Tesalia (familia del Pino) y Pontegadea (Amancio Ortega). El dueño de Zara no se quedará en el Grupo y, tras aceptar la oferta que posibilita la OPA acabará por vender su acciones del Popular y demuestra poco interés en estar presente en banca.

De hecho, la historia comenzó cuando el Pastor no superó las pruebas de estrés. Su presidente, José María Arias, sostiene a día de hoy que la clave se encuentra en que se valoró mediante el método estándar y no por el avanzado. El Pastor siempre defendió que deberían haberse considerado los bonos convertibles. En cualquier caso, la entidad suspendió y el Banco de España advirtió a José María Arias que no era viable y que se hacía necesario un compañero de viaje. El primero en el que se pensó fue precisamente en Amancio Ortega. La Xunta de Galicia se lo propuso, pero el empresario rechazó la responsabilidad de hacerse con el banco.

El siguiente paso era que un banco de inversión le buscara socio entre un cierto catálogo de bancos sugeridos por el regulador: BBVA, Banco Espirito Santo, Caixa, Sabadell y Popular. BBVA y Caixa no estaban interesadas. Espirito Santo lamentó no estar en disposición de afrontar la compra, por lo que quedaron Popular y Sabadell. Era mucho más lógico que lo comprara el Sabadell, que tan solo tiene 30 oficinas en Galicia mientras Popular y Pastor suman 378 sucursales, fruto de la red del extinto Banco de Galicia. El Sabadell ofreció bastante menos y lo sorprendente de todo el proceso es que el que tenía más duplicidades ofrecía una prima del 31%.

Esto solo se entiende por un deseo del Popular, eternamente enfrentado a la entidad catalana, para que el Sabadell no le supere en capitalización o, si somos mas malicioso, porque el Banco de España busca como primer objetivo de esta oleada de fusiones la reducción de oficinas, como ha dicho el propio gobernador del Banco de España. Respecto a lo primero, el grupo valdrá en bolsa cerca de 5.600 millones de euros, frente a los 3.755 millones que a fecha de hoy vale el Sabadell. La participación del Banco de España ha sido negada por los primeros ejecutivos de ambos bancos, que aseguraron que el proceso no había sido tutelado, sino que el regulador estaba informado y dio su visto bueno.

La operación está encarrilada, por lo que Ron y Arias tienen trabajo por delante. El Popular tiene que culminar la absorción del Pastor, la creación de una filial no cotizada en Galicia que llevará la marca Pastor en la región y que será presidida por Arias. De modo que, a medio plazo, el Popular no espera salir de compras.

Rodrigo Martín

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