Lo más difícil en una trilogía es la película central, a pesar de ello El Hobbit: La desolación de Smaug nos ha gustado aunque hay que mandar  un aviso a los  puristas: el director Peter Jackson se toma algunas libertades respecto al relato literario.

El Hobbit: La desolación de Smaug continúa la aventura en el mismo punto donde nos quedamos al final de la primera entrega:  la peligrosa travesía de la Compañía formada por el mago Gandalf para reconquistar la Montaña Solitaria y el Reino de Érebor, pero dejando todavía más claro que  el objetivo del líder del grupo, Thorin "Escudo de Roble" es recuperar el trono de sus antepasados y reunir bajo su corona a todos los enanos de la Tierra Media. Para lo cual necesita  encontrar  "la piedra del arca" que se halla dentro del inmenso tesoro que custodia el codicioso dragón Smaug.

Con respeto a la obra literaria de J.R.R. Tolkien, pero con muchísimas libertades narrativas,  Peter Jackson ha afrontado esta segunda entrega. Como ocurrió con la primera, la brevedad del relato infantil de El Hobbit, la  ha resuelto en imágenes con un dramatismo acertado alrededor de la compleja figura de Thorin y sus aspiraciones (muy bien encarnado por Richard Armitage);  con secuencias de acción muy bien rodadas (como la persecución en el río donde los hobbits escapan en toneles)  o magníficas recreaciones de lugares fantásticos pero, a pesar de todo,  se hacen algo excesivos los 161 minutos de metraje.

No obstante,  la mayor pega que pueden encontrar los admiradores de la obra de Tolkien no será ese "alargamiento" innecesario de secuencias sino la incorporación de personajes creados  por Jackson como la valiente elfa Tauriel y, sobre todo, una increíble historia de amor entre dos seres de razas diferentes desde hace décadas enfrentadas...

Por tanto, ¿merece la pena continuar viendo esta historia épica que, como toda la obra de Tolkien, plantea  una lucha del bien contra el mal

Sin ninguna duda: Sí. Al menos para aquellos que les gustó las traslación al cine de  El Señor de los anillos.

Para: Los que les gustaron las anteriores películas de Jackson basadas en novelas de Tolkien