• Tanto Emilio Botín como Ángel Ron pedían un crédito fiscal de más de 5.000 millones y, encima, a la italiana.
  • Y eso supondría hasta un cambio normativo.
  • Ya no es posible fracasar por una subasta. Tampoco los epas. Sólo quedan desgravaciones fiscales o seguir con el saneamiento, con el actual equipo.
  • Tampoco se puede fichar a Mister FROB, Iturriaga, porque los inspectores no saben vender.
  • Y mientras tanto, no es posible cesar a Adolf  Todó.... y él quiere marcharse.
  • El secretario de Estado de Economía, Jiménez Latorre, insta a hacer la reestructuración pendiente.

Desde el estrepitoso fracaso de las subastas, la segunda, el Gobierno se ha enredado en Catalunya Caixa y, de paso, en todo el saneamiento bancario. En pocas palabras, ni el Ministerio de Economía, ni el Banco de España ni el FROB saben qué hacer. Por el momento, sigue adelante el plan europeo -qué remedio-, donde Bankia, Novagalicia Banco (NCG Banco) y Catalunya Banc (CX) continúan adelante con sus planes en solitario y con sus equipos directivos. Pero eso no es una solución definitiva, claro está.

¿Por qué fracasó la subasta Pues porque el FROB no está dispuesto a aceptar Esquemas de Protección de Activos (EPA) ni tampoco créditos fiscales, aunque, hasta última hora, prometió estudiar la medida.

El BBVA acudió por teléfonoSabadell también exigía epa, a pesar de las advertencias en contra. El Santander solicitó un crédito fiscal próximo a los 6.000 millones de euros. Popular compraba CX por un euro, asumía el coste de las preferentes... y pedía un crédito fiscal de más de 5.000 millones de euros. Esa fue la razón de que el Banco de España no aceptara su oferta -la cuantía del crédito discal-. Además, tanto Santander como Popular exigían un crédito fiscal muy especial, como el vigente en Francia e Italia. En pocas palabras, ese crédito fiscal computa a efectos de coeficiente de capital y, además, es un compromiso de pago hasta en el mismísimo caso de liquidación.

En definitiva, Santander y Popular pedían un crédito fiscal excepcional, lo que, según el Banco de España, exigiría hasta una modificación legal.

Tampoco es posible fichar a José Antonio Iturriaga, mister FROB, como sustituto de Todó y conste que éste se quiere ir. La razón es muy sencilla: los inspectores del Banco de España saben poner orden en las cuentas y podar, pero no vender o ingresar.

En definitiva, ahora sólo nos queda Jiménez Latorre pidiendo que Todó reestructure CX. Es decir, que cierre 300 oficinas y reduzca plantilla.

En plata: nadie sabe qué es lo que hay que hacer. Y el tiempo corre. A lo mejor McKinsey y Nomura tienen una buena idea.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com