• El presidente del BBVA prejubila directivos pero se reserva el veto para acceder a un nuevo trabajo.
  • Con dos excepciones: él mismo y Goirigolzarri.
  • Y desde el Gobierno se le ha dicho que no incordie al nuevo presidente de Bankia.
  • Aún así, hay quien no se atreve a aceptar las ofertas de Bankia.
  • José Sevilla no fue prejubilado, sino despedido, por presión de Ángel Cano.

Por el momento, el nuevo presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri (en la imagen) sólo ha fichado a José Sevilla, uno de sus mejores colaboradores cuando era consejero delegado del BBVA. Quisiera traer a otros muchos, pero lo tiene complicado por el veto impuesto por el presidente, Francisco González.

FG no se prejubila como Botín, el cántabro indemniza, el gallego firma contratos donde abona pensiones en el tiempo, hasta la jubilación. Eso significa que ninguno de los que se marchan puede optar a otro puesto sin renunciar al salario que le abona FG: les tiene bien cogidos.

Con dos excepciones: él mismo, que a los dos años de su salida del BBVA podría presidir el Santander y José Ignacio Goirigolzarri, que, en cumplimento del Estatuto de los Trabajadores, ha tenido que esperar dos años para poder ser presidente de Bankia y seguir cobrando la pensión de 3 millones anuales de BBVA.

El resto está en situación de ilegalidad, pero nadie va a denunciar a quien le paga. Por el momento, Goirigolzarri sólo ha fichado a José Sevilla, pero porque éste, uno de sus mejores colaboradores en BBVA, no fue prejubilado por FG, sino despedido aunque con indemnización. Fue Ángel Cano, nuevo Ceo de BBVA, quien insistió en que le echaran para acceder al cargo.

Por tanto, Goriri, a quien le gustaría rodearse de su vieja guardia, está teniendo problemas con FG. Nombres que circulan por los papeles: Vitalino Nafría, Juan Carlos Pla, Vicente Benedicto, etc. Desde el Gobierno, se ha advertido a FG que deje de poner pegas, entre otras cosas porque, como hemos dicho, el veto más allá de dos años, es ilegal y porque, además, la norma aclara que si se trata de un caso de interés público nadie se puede oponer.

Por cierto, otros nombres con los que le gustaría contar a Goirigolzarri, son los de Ignacio Sánchez Asiaín (Kutxabank) o Juan Asúa, en el propio BBVA. Ahí el problema no es FG sino que el Gobierno Rajoy ha impuesto topes salariales (600.000 euros para el presidente) y Asiaín y Asúa cobran más en sus actuales cometidos.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com