• El venezolano inoculó en algunos presidentes hispanoamericanos el virus del chavismo. 
  • Sus principales seguidores fueron Cristina Fernández, José Mujica, Evo Morales, Rafael Correa y Daniel Ortega.
  • Todos ellos comparten el mismo populismo y la misma demagogia e ineficacia para acabar de verdad con la pobreza, las desigualdades y las injusticias sociales. Y también, su indigenismo y repudio a la herencia española.
La capilla ardiente del presidente venezolano, Hugo Chávez, ha quedado constituida este miércoles en la Academia Militar de Caracas, tras un recorrido de siete horas por la capital. Cientos de personas, incluidos presidentes hispanoamericanos, han acudido a velar al líder bolivariano.

Tras la misa ecuménica, llegaron al recinto la presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, el presidente de Uruguay, José Mujica y el presidente de Bolivia, Evo Morales. Para todos ellos, y también para los dictadores cubanos Castro, el ecuatoriano Rafael Correa (en la imagen) y el nicaragüense Daniel Ortega, Chávez era una especie de líder aglutinador, aunque quizá su liderazgo haya que buscarlo en razones algo más espurias, como sus petrodólares.

El caso es que se les ha ido el caudillo bolivariano, líder del Socialismo del Siglo XXI, que propugnaba la atención a los más pobres y necesitados -lo cual es muy loable, por supuesto- pero, a la vez, con su pésima gestión económica de los enormes recursos naturales del país no consiguió hacer de Venezuela una gran nación, líder en Hispanoamérica y sacar de la pobreza realmente a la gente.

Por otra parte, Chávez fue incapaz de acabar con la delincuencia en su país, un verdadero drama que azota a los venezolanos y que sí que genera injusticias sociales. Además, por supuesto, de no respetar derechos elementales como el de la propiedad privada o el derecho a la infomación y la libertad de prensa.

Y, además, Chávez inoculó en sus amigos bolivarianos ese virus indigenista y por indigenista antiespañol. Era muy frecuente escucharle hablar de los abusos de los españoles hace 500 años, mientras él tampoco respetaba los derechos humanos, y consentía abusos en los derechos sociales. Además, por supuesto, de mofarse de la Iglesia cuando denunciaba injusticias sociales consentidas o fomentadas por el régimen.

Todo eso ha legado a esos amigos que ahora le lloran. Y no dudamos de que su dolor sea auténtico. Pero todos esos líderes comparten los mismos rasgos que Chávez: Cristina Fernández de Kirchner, José Mujica, Evo Morales, Rafael Correa o Daniel Ortega.

¿Quién le sucederá al frente de esos despropósitos

El mejor colocado es Rafael Correa, que imita muy bien a Chávez en sus arranques autoritarios.

José Ángel Gutiérrez
joseangel@hispanidad.com