• Siria: bloqueada la liberación de las 12 monjas de Maalula.
  • España: roban y profanan un sagrario en la parroquia del pueblo toledano de Villamuelas. 
Las dificultades de los cristianos para vivir aspectos de su fe son una realidad. En Túnez, por ejemplo, el arzobispo Mons. Ilario Antoniazzi (en la imagen) ha explicado a Fides que en el país, los cristianos "no podemos desarrollar el apostolado de la palabra, porque el llamado Modus Vivendi, una especie de pacto concordato firmado con el Estado tunecino después de la independencia nacional, no lo permite". "Entre otras cosas, en 1964, de las más de 100 iglesias que hasta entonces poseía la comunidad católica de Túnez, la mayor parte fueron expropiadas por el Estado. Actualmente contamos sólo con 5 iglesias y 8 escuelas católicas", agrega el Arzobispo.

Por eso, "nuestro apostolado es un apostolado de la vida: presentamos a Cristo simplemente tratando de vivir de acuerdo con sus enseñanzas", añade. "Ni siquiera podemos comprar o arrendar edificios o recibir donaciones. Déjenme darles un ejemplo: si una congregación religiosa decide cerrar un convento en Túnez no lo puede ceder al Arzobispado, sino que se convierte en propiedad de la nación".

La buena noticia es que "esto no nos impide vivir en armonía con el pueblo tunecino", dice Mons. Antoniazzi. "Nuestra comunidad eclesial se compone principalmente de extranjeros, en su mayoría estudiantes y trabajadores procedentes de África subsahariana. Es un desafío pastoral comprometido porque hemos calculado que cada año se pierden alrededor de un cuarto de los fieles, que regresan a sus países de origen debido a que han finalizado sus estudios o porque ha terminado su contrato de trabajo. Esta pérdida se compensa con un cuarto de los recién llegados. En la práctica, nuestra comunidad se renueva por completo cada cuatro años", dice Mons. Antoniazzi.

Nos vamos a Siria, donde ya han pasado dos meses desde el asalto de los rebeldes a la ciudad de Maalula, símbolo del cristianismo y último lugar donde se habla todavía el arameo, la lengua de Cristo. Era el 1 de diciembre de 2013 cuando Jabhat Al Nusra, un grupo terrorista vinculado a Al Qaeda, atacó la ciudad cristiana, que está a 60 kilómetros de la capital, Damasco, llevando a cabo una masacre de civiles, quemando casas, saqueando y devastando los antiguos monasterios, recuerda Zenit. 

A pesar de los llamamientos y la preocupación de la Santa Sede y de la comunidad internacional, los terroristas asaltaron el monasterio de Santa Tecla, secuestraron 12 monjas y las transfirieron a un lugar desconocido.

El Papa Francisco desde el Vaticano dirigió un llamamiento impactante al mundo: "Deseo invitar a todos a rezar por las monjas del monasterio greco-ortodoxo de Santa Tecla en Maalula, en Siria, que han sido tomadas a la fuerza por hombres armados".

Después de la condena unánime de la barbarie perpetrada, se iniciaron las negociaciones con los rebeldes y se intensificaron, para la liberación de las monjas. Las negociaciones iban adelante, y precisamente cuando parecía haber llegado a un acuerdo, todo se ha bloqueado por un exponente saudí del grupo de Jabhat Al Nusra, que se dice muy cercano a los servicios secretos de Arabia Saudí.

Las condiciones puestas por el grupo Jabhat Al Nusra son: interrumpir inmediatamente las negociaciones a través de Qatar; la liberación inmediata de 500 yihadistas de Jabhat Al Nusra, detenidos en las prisiones sirias y libaneses; y sobre todo: garantías del gobierno sirio, de no atacar la ciudad de Yabrud, ocupada por los rebeldes de Al Nusra, actualmente tomada por el ejército sirio.

Pero no hace falta irse a tierras donde el yihadismo hace estragos para encontrar ataques a Cristo, a cristianos o a lo cristiano. Porque, en Toledo, la Guardia Civil ha abierto investigaciones para localizar y detener a los autores de un robo cometido en la parroquia de Santa María Magdalena de Villamuelas. Los ladrones robaron el sagrario, lo abrieron y esparcieron las hostias consagradas en un campo a las afueras del pueblo. El próximo sábado el arzobispo de Toledo presidirá una Misa de reparación, informa La Tribuna de Toledo.

El regidor señala que se ha perdido una custodia de especial valor, usada en la celebración de un Corpus, junto a cálices, copones y otros elementos empleados para oficios religiosos como bandejas o vinajeras. Según Pérez, el valor económico de lo sustraído se situaría provisionalmente en unos 30.000 euros, aunque el padre Montero matiza que se está aún realizando un inventario de lo robado y no se aventura a dar una cifra definitiva.

El párroco de Villamuelas ha incidido, por su parte, en el daño a las creencias religiosas que supone este robo con la sustracción del sagrario con sus sagradas formas, lo que se considera una profanación. Ante estos ataques a Cristo, a lo cristiano y a los cristianos, se puede hacer lo que propone el padre Montero: el próximo sábado 15 a las seis de la tarde habrá una misa de reparación del agravio que presidirá el arzobispo de Toledo, Braulio Rodríguez Plaza.

José Ángel Gutiérrez
joseangel@hispanidad.com