Miles de egipcios se han movilizado para protestar contra Mursi y los Hermanos Musulmanes -que ahora muestran su verdadera cara- por promover una dictadura a través de la nueva Constitución

En Egipto continúan las protestas y revueltas contra el presidente egipcio, Mohamed Mursi, empeñado en hacerse con el poder de manera dictatorial pese a haber accedido a él de manera democrática, tras ganar unas elecciones.

Ayer martes, cerca de diez mil personas se manifestaron contra esa forma de hacer política de este miembro de los Hermanos Musulmanes que aprobó un decreto el pasado 22 de noviembre que ampliaba sus competencias y contra el nuevo proyecto de Constitución, que aumenta los poderes del Ejército y del Islam y que se someterá a referéndum el próximo 15 de diciembre. Liberales, movimientos de izquierda y cristianos, entre otras ideologías, han acusado a Mursi de promover una dictadura a través de la nueva Constitución, que ha sido redactada por la Asamblea Constituyente, un órgano mayoritariamente islamista.

Lo que no quieren muchos egipcios es una nueva dictadura. "Fuimos traicionados durante 30 años y no le creeremos a Morsi, se sentará en el trono y no querrá levantarse", dijo un manifestante. Por eso, se concentraron ante el Palacio Presidencial, del que tuvo que salir por si las moscas. Y es que, según las informaciones que llegan, nada similar había ocurrido, ni siquiera en las protestas que desembocaron en el derrocamiento del expresidente Hosni Mubarak el año pasado. Sin embargo, este miércoles ha regresado al Palacio, pese a que sigue habiendo manifestantes, aunque menos que ayer.

Para terminar de liarlo todo, los Hermanos Musulmanes han convocado una manifestación frente al Palacio Presidencial para protestar contra "los abusos opresivos" de la oposición. Sí señor, a eso se le llama democracia.

Además, el partido Seguridad y Desarrollo, brazo político de la Organización de la Yihad Islámica, ha solicitado al presidente de Egipto que investigue a los jueces que se han declarado en huelga en protesta por las últimas medidas adoptadas por el mandatario y que les suspenda el salario por "intentar boicotear" el referéndum sobre la Constitución. El secretario general del partido Seguridad y Desarrollo, Mohamed Abu Samra, ha anunciado que presentará una demanda contra los jueces. "Son hostiles a la corriente islámica y rechazan la legitimidad del presidente". Así -y peor- se las gastan los yihadistas con quienes no opinan como ellos.

Estos son los efectos de la 'Primavera Árabe', esa maravilla democrática surgida del pueblo -en opinión de lo políticamente correcto-: el peligro de que una dictadura (la de Mubarak) sea sustituida por otra (la de los Hermanos Musulmanes).

José Ángel Gutiérrez
joseangel@hispanidad.com