Dirigida, escrita y protagonizada por la actriz francesa Julie Delpy, Dos días en Nueva York retoma a la heroína de una película suya anterior: Dos días en París.

Marion, una artista francesa afincada en Nueva York, vive con su novio actual: un afroamericano llamado Mingus, y los hijos de ambos de relaciones anteriores. Pero para asistir a una importante exposición de Marion llegan desde París y recalan en su casa su excéntrico padre, su hermana y el singular ligue de ésta.

Dos días en Nueva York apuesta por un humor locuelo en su análisis de las relaciones de pareja y en las complicaciones derivadas de proceder de diferente entorno cultural, que no estarían mal si no fuera porque la mayoría de estas situaciones están defendidas con diálogos donde abundan las continuas referencias sexuales. De tal forma que Dos días en Nueva York engrosa en la lista de las comedias groseras y simplonas capaces de cualquier cosa con tal de provocar la carcajada. Y es una verdadera lástima porque con un poco de más ingenio en el guión se podría disfrutar del gran potencial cómico de algunos actores del reparto como Albert Delpy, el propio padre de Julie en la vida real y en la ficción…

Para: Los que no les moleste el humor grosero repleto de continuas referencias sexuales