Decía Chesterton que "el mal moderno gravita en que la gente no advierte que la excepción confirma la regla. Así, puede o no ser justo matar a un asesino pero tal cosa sólo podría justificarse precisamente por el hecho de que el asesinato es injusto".

El Gobierno español trata de defender ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) -¡qué peligro!- la Doctrina Parot, que no deja de ser una excepción a la regla, a una regla discutible.

Si un convicto tiene varias penas no hay que acogerse a una de ellas sino a la totalidad de los delitos cometidos. O, como aseguraba el abogado español, no es lo mismo un terrorista que ha matado a uno que otro que ha matado a 100.

No sé lo que decidirá -¡qué peligro!- este Tribunal formado por políticos-juristas pero lo que está claro es que no conviene modificar la excepción sino la regla. Se dice que nuestro sistema penal es garantista, pero, al parecer, garantiza más la libertad del verdugo que la de la víctima.

Eulogio López

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