Engañados con la promesa de convertirlos en famosos jugadores de fútbol, cientos de adolecentes  africanos viajan a Europa por iniciativa de ojeadores. En esta aventura, si no se revelan pronto como auténticas promesas del balompié, estos menores acaban abandonados en la calle como juguetes rotos, expuestos a mafias que los utilizan en actividades  tan peligrosas como la venta de drogas, los robos, etc...

En la película Diamantes Negros se narra la trágica peripecia de dos adolescentes de Mali, Amadou y Moussa, por quienes sus padres han invertido lo que no tenían con la esperanza de un futuro mejor y que acaban siendo víctimas de los negocios turbios del mundo del fútbol (se informa al final de la película que deambulan por Europa más de 20.000 jóvenes africanos en esta situación).

Este drama de denuncia, muy contenido, nunca pisa el acelerador del dramatismo evitando caer en la sensiblería. Cinematográficamente funciona aunque se echa en falta cierta emotividad en el desarrollo. A pesar de ello, Diamantes Negros resulta una película estimable, que, ¡ójala! sirviera para controlar ese tráfico de menores inocentes, y soñadores, que cae en las redes de profesionales de auténticas mafias del deporte…

Para: Los que les interesen los dramas humanos