Sr. Director:

¿Cómo es posible que el Grupo mediático Intereconomía, al que tanto venimos apoyando algunos y por lo que venimos siendo muy duramente atacados e insultados; grupo mediático que viene llevando a cabo una fuerte campaña publicitaria bajo el lema Orgullosos de ser de derechas; cómo es posible que haya despedido a Enrique de Diego?

 

Este destacado y comprometido ciudadano de la nación española, periodista, ensayista, emprendedor liberal de derechas de dicho Grupo, fundador del mismo, luchador contra la censura y el silencio informativo frente a graves problemas, atentados y graves casos de comisionismo, corrupción y violencia política (material e inmaterial, física y espiritual) que se vienen dando en toda España desde 1977 y que van a más, muy activo defensor, en la práctica real (por lo que no hace mucho fue violentamente detenido) y no solo de boquilla, en la ideología proclamada, de la crítica y libertad de expresión para informar verazmente.

Y de lo que prácticamente nadie se atreve a informar y criticar fundadamente, ni a dar voz comprometidos ciudadanos españoles que, sin miedo y con riesgo, también lo hacen si se les da la posibilidad como ha hecho De Diego.

Defensor de la nación española, de su unidad, lengua, cultura, historia y tradiciones (lo que citan y defienden muy poco, prácticamente nada, los principales dirigentes del centroderecha español, los máximos dirigentes, líderes del Estado español, pues, nunca hablan de la nación española, de la necesidad de defenderla, con firmeza democrática, interior y exteriormente), defensor de los grandes valores del humanismo cristiano y que están en las raíces de la economía de mercado, la democracia y Europa con principio.

Defensor de la Guardia Civil, de las fuerzas y cuerpos de seguridad pero honrados de y por España, defensor de las víctimas del terrorismo, defensor del canon conservador-liberal y de un centroderecha español, comprometido, liberalhumanista y siempre deontológico, con principios, y contrario a aplicar y promover la economía de mercado y la democracia de juego sucio.

¿Cómo es posible que el Grupo Intereconomía, 'Orgulloso de ser de Derechas' y que dice defender la nación española, el liberalismo y el humanismo cristiano, haya despedido, muy injusta y politicamente, al periodista liberal humanista-cristiano Enrique de Diego, gran defensor de la nación española y de la crítica 'popperiana' que sirve de forma permanente para mejorar las cosas, la vida y el mundo?

Como viene sucediendo en España, en la nación española, hay una derecha, un centroderecha y toda una serie de agentes, líderes, conductores, funcionarios, profesionales y grupos que se desenvuelven en su entorno y sacan grandes tajadas por ello; hay una derecha y centroderecha en España que, cuando están en la oposición, con el fin de llegar al poder, se valen de periodistas, de profesionales comprometidos, críticos y muy luchadores en toda España, como Enrique de Diego.

Empero, una vez que llegan al poder, entre otras cosas, gracias al concurso de periodistas, de profesionales combativos como Enrique de Diego, les dan la patada de la peor manera y si te he visto no me acuerdo: Andemos yo y los míos bien instalados en el poder y desde el poder, con buenos privilegios y calientes, y que le den por saco a los buenos principios, a los periodistas, a los profesionales, a los ciudadanos comprometidos y combativos que nos han apoyado, nos comprometen y piden cuentas, y al resto de la gente.

Estamos hablando de una derecha de un centroderecha claudicante ante el 'nacionalsocialismocomunismoecologismo' y otros ismos que vienen aplicando en España una política 'guerracivilista`, 'neo leninista', piquetera, antiespañola, anticlerical católica, pro islamista, 'politiquera`, partidista, sectaria, 'todovale', contaminadora, clientelar, 'tajadista, malgastadora, despilfarradora, malversadora, corrupta, fomentadora de odios, de enfrentamientos entre los españoles y los pueblos de España, etc.

Estamos hablando de una derecha, de un centroderecha acomplejados, cobardes, traidores, oligarcas, señoritos, hiperserviles, megapelotas, tajadistas, clientelares, comisionistas, politiqueros, partidistas, sectarios, corruptos.

Estamos hablando de una oligarquía política, económica, empresarial, financiera, judicial, mediática, informativa, sindical, eclesial, educativa, universitaria, científico-técnica, funcionarial, profesional, intelectual, cultural, artística, deportiva y social.

Estamos hablando, también, de oportunistas, tecnócratas, medradores y carreristas varios, sin ningún escrúpulo.

Unos y otros, que han sustituido la moral del deber con principios frente a quien quiera que sea y caiga quien caiga, por la moral de los intereses a cualquier precio; unos y otros han dado, vienen dando lugar a la muy grave crisis de valores, a la muy grave crisis política, económica, empresarial, financiera, educativa, universitaria, cientifíco-técnica, informativa, mediática, intelectual, cultural, artística, moral y social que sufre la nación española y que, entre otras cosas, viene dando lugar al 'todovale' para 'ganar-no perder' como sea, a costa de quien sea y de lo que sea menester y se tercie, a la 'politiquería', partidismo, sectarismo, malgasto, despilfarro, malversación, clientelismo, 'comisionismo', información privilegiada, tráfico de influencia y otro tipo de tráficos, 'subvencionismo', asistencialismo, contaminación -la peor contaminación es la del alimento y medio espirituales, inmateriales y que da lugar a las peores corrupciones,contaminaciones, envilecimientos, censuras, manipulaciones, demagogias, oportunismos, extremismos, fundamentalismos, abusos, maltratos, violencias, terrorismos-, y corrupción (también en los medios de comunicación y de sus propietarios, accionistas, ejecutivos, conductores, profesionales, colaboradores, clientes, usuarios, pero también en los agentes, líderes y grupos que, publica, privada y eclesialmente, negocian con ellos) que sufre España y que la ha arruinado socioeconómica, educativa, cultural y moralmente.

Enrique de Diego, periodista y ensayista, antes de formar parte de los fundadores del Grupo Intereconomía fue, además de redactor de ABC (donde fue jefe de sección), subdirector de la revista Época, activo colaborador de, entre otros, los programas estrella de Intereconomía Televisión 'El Gato al agua' y 'Más se perdió en Cuba', director y presentador en Intereconomía Radio de programas de amplia repercusión y movilización social.

Últimamente, en Radio Intercontinental (grupo Intereconomía) Enrique de Diego dirigía y presentaba el programa 'A Fondo', donde, entre otras cosas, ha venido defendiendo activamente al diario 'La Gaceta' y otros medios del Grupo Intereconomía, y donde, hasta su muy injusto y político despido, han venido interviniendo, como colaboradores regulares y entre otros, destacados periodistas del diario 'La Gaceta', del grupo Intereconomía y prestigiosas personalidades españolas.

Conocí a Enrique de Diego cuando se produjo, en la Facultad de Ciencias de Económicas y Empresariales de Santiago de Compostela, un intento de brutal agresión por aprendices etarras gallegos contra la vasca María San Gil y que, como invitada, estaba dando una conferencia en dicho centro.

Enrique de Diego, por medio de su programa de radio Intereconomía, fue el primero que dio una amplia información de dicha brutal agresión (escoltas de María San Gil tuvieron que ser atendidos por los golpes recibidos) de los aprendices etarras gallegos.

En esa época, colaboraban regularmente con brillantez, en el programa de Enrique de Diego, el economista navarro Mikel Larrea del Foro de Ermua y el abogado donostiarra Rubén Múgica, hijo del abogado donostiarra Fernando Múgica Herzog (hermano de ministro de Justicia del PSOE Enrique Múgica Herzog) asesinado (06-02-1996) por la banda ilegal terrorista y socialista vasca ETA-Batasuna y al que le fue retirada en San Sebastián la escolta un año antes de ser vilmente asesinado.

Enrique de Diego, en los medios de Intereconomía, siempre estuvo, el primero y con diferencia del resto, dando cuenta, ampliamente y sin ningún tipo de censura, de graves problemas, de diversos atentados, de la contaminación, comisionismo, corrupción y violencia (incluida la terrorista material e inmaterial) que viene sufriendo España, la nación española, en todas y cada una de sus partes. Graves problemas, etc, que otros medios, grandes conductores, profesionales y colaboradores mediáticos, en plan oligárquico y para sacar grandes tajadas, se han negado, se vienen negando a dar o, cuando lo hacen, los dan de mala manera, muy parcialmente, de forma manipulada, contaminadoramente, con muy graves carencias, con falta de deontología, de ética informativa, de ética mediática.

En la defensa de la nación española, de una España de juego limpio, con principios; en la defensa del liberalismo humanista de juego limpio, critico, creador y profundamente humanitario (donde los valores del humanismo cristiano y de otros humanismos creyentes y no creyentes son muy importantes si se aplican de forma honrada), es imprescindible que no haya censura, clientelismo, manipulación, desinformación, contrainformación, contaminación, corrupción y violencia (incluido el terrorismo material e inmaterial), es fundamental que haya, frente a quien quiera que sea, una democracia y economía de mercado de juego limpio y, por tanto, una información, unos medios de comunicación, unos emisores, unas instancias de encarnación y socialización, una crítica y justicia justas comprometidos, honrada, rigurosa y profesionalmente, con la verdad y su difusión.

En este sentido, periodistas, profesionales críticos, valientes, comprometidos y sin pelos en la lengua, como Enrique de Diego, son muy necesarios, son fundamentales, muy especialmente en España, en la nación española tal como está el paño, 'a cousiña-la cosa', y nadie los va acallar, puede silenciarlos.

Vivir es expresarse, hablar, informar, cantar libremente; someterse, claudicar, callar ante censores, contaminadores, politiqueros, partidistas, oligarcas, corruptos, comisionistas, oportunistas, tajadistas, acaudalados, interesados y muy beneficiados vendedores de cestas de Navidad, etc., ante una democracia censuradora, amañada, oligarquizada, 'politiquera', clientelar, 'tajadista', de juego sucio y los que le hacen el juego: Nunca, Jamás.

Miguel Cancio