Sr. Director:
Con motivo de la renuncia de Benedicto XVI, oímos muchos comentarios comparando a Benedicto XVI con Juan Pablo II.

Preferencias aparte, se dice que Juan Pablo II "no se bajó de la cruz" porque el Espíritu Santo da las fuerzas necesarias, haciendo ver que o el Espíritu Santo ha fallado o que es Benedicto XVI el que falla.

Con lenguaje corriente, en mi opinión no han fallado ninguno de los dos. El Espíritu Santo da las fuerzas dirigidas a lo que le pide a cada persona. A Juan Pablo II se las dio para soportar el dolor de su enfermedad y a Benedicto XVI le ha dado fuerzas (coraje dijo Berlusconi) para tener la humildad para renunciar. Tanto si renuncian como si no, es lo mismo, a los dos se les ha criticado.

Me viene a la cabeza la frase de Don Quijote "Sancho: ladran los perros, luego cabalgamos", porque siempre la Iglesia seguirá adelante, con el Espíritu Santo y con la ayuda de uno desde el cielo y del otro desde la tierra.

Josefa Gavilán Castro