El cine argentino vuelve a demostrar su calidad en esta comedia dramática que reúne a dos grandes monstruos de su escena: Federico Luppi y Norma Aleandro, a los que no habíamos visto juntos en la pantalla grande, desde 1996, cuando co-protagonizaron Sol de Otoño.

Castilla, un veterano empleado a punto de jubilarse posee un desaparecido ejemplar de una vieja revista que su nuevo jefe, Silva, necesita para completar una preciada colección. Silva quiere comprársela por cualquier cantidad pero Castilla, por motivos sentimentales, no quiere vendérsela aduciendo en la vida no todo tiene un precio. Su obsesivo jefe se tomará este asunto de una forma tan personal que enfrentará a Castilla a su familia

Basada en un cuento homónimo de Roberto Fontanarrosa, uno de los escritores y dibujantes argentinos  más populares, Cuestión de principios aborda un asunto tan trascendental en la vida como es si todos tenemos un precio. A este respecto, el espectador llega a sentir total empatía con la pequeña cruzada que Castilla, el protagonista, tiene que emprender contra su superior en el mando, contra su mujer e hijo e, incluso, contra sí mismo (el jefe, muy convincentemente encarnado por Pablo Echarri (visto en El Método, de Marcelo Piñeyro)  le ofrece todo tipo de tentaciones para que ceda a su capricho).

Si Federico Luppi sabe dar un tono de grandeza a ese personaje quijotesco de Castilla, Norma Aleandro le pone el contrapunto adecuado como la mujer que aspira a cambiar su vida gris y sin futuro, aunque suponga dejar atrás la firme convicción de su marido.

En resumen, una buena historia que sabe entretener al mismo tiempo que provocar la reflexión

Para: Los que les guste el cine inteligente