Sr. Director:
El poeta latino Publio Ovidio Nasón (43 a.C. - 17 d.C.) decía: "Veo lo mejor y lo apruebo, pero sigo lo peor". Es la manifestación de la debilidad humana.

Una cosa es tener claro lo que hay que hacer y otra distinta aplicarnos seriamente en su realización. San Josemaría dice en Camino: "¿Quieres de verdad ser santo Cumple el pequeño deber de cada momento: haz lo que debes y está en lo que haces". (Camino n.815).

La voluntad significa la capacidad para hacer, para trabajar en aquello que se ha elegido como bueno, porque sus resultados serán positivos.

Uno de los mayores obstáculos en el fortalecimiento de la voluntad es buscar el éxito o el placer inmediato. Entonces el hombre es zarandeado y tiranizado por el instante más cercano y que más le apetece. Por este camino la persona no llega a vencerse y con frecuencia llega a la frustración porque no consigue lo que le pide el momento inmediato. Si no aprende a decir no al deseo inmediato terminará entrando por el camino más fácil: el de la complacencia de lo cercano.

Pero observamos que la publicidad puede hacer un gran daño en la educación de la voluntad estimulando precisamente el deseo inmediato y creando necesidades cercanas de cosas que no satisfacen el ansia de felicidad del hombre.

Otro factor negativo es que estamos en una época confusa respeto a temas importantes. Por ejemplo se confunde el amor con el sexo, cuando son dos realidades distintas. El sexo es una condición orgánica que distingue en una misma especie dos tipos de individuos, masculino y femenino, entre los cuales tiene lugar un cambio de material genético.

El amor, además de la atracción física, designa la unión de intereses, pensamientos y actos en torno a la persona amada y las manifestaciones de afecto y estimación recíproca que constituyen la base fundamental de los sentimientos de amistad, fraternidad y solidaridad. El amor cuando es auténtico implica gozos y renuncias, alegrías y sacrificios por el bien de la persona amada.

Estos errores crean un tipo de hombre que, aunque disponga de éxito profesional, su vida privada está rota, descompuesta, sin ejes de sujeción firmes.

Arturo Ramo García