Con los mismos presupuestos que Nikita (1990), la asesina entrenada para matar, Colombiana es el último thriller de acción con el que EuropaCorp, la compañía europea de Luc Besson, planta cara en la taquilla a las producciones de esta índole de capital estrictamente estadounidense.

 

Colombia, 1992. La niña Cataleya contempla el cruel asesinato de sus padres por orden de un capó del narcotráfico: D. Luis. Huyendo de sus captores se reúne en Chicago con su tío Emilio Restrepo y hace de la venganza su objetivo de vida…

Este argumento simple y trillado en el cine está bien resuelto visualmente con escenas impactantes como la persecución de la niña-Cataleya a cargo de un matón a sueldo, encarnado por el español Jordi Mollá (encasillado en su carrera en EEUU salvo en Encontrarás Dragones) en papeles de villano hispano. En Colombiana no caben reflexiones sobre el regusto amargo y el vacío que deja la venganza, pero, sin embargo, el director encuentra tiempo para recrearse en la estilizada figura de Zoe Saldana (Avatar), y dar un peso específico a un apartado sensual que resulta innecesario en este tipo de tramas en las que lo que interesa (dada la escasez de argumento) es ofrecer situaciones a un ritmo endiablado.

Colombiana está dirigida por Olivier Megaton (cuyo apellido auténtico, Fontana, suena menos a chiste) y su exiguo relato es un mano a mano entre el propio productor, Luc Besson, y su guionista habitual Robert Mark Kamen, que en esta ocasión no se han roto la cabeza en el argumento.

Para: Los que crean que una de las cualidades imprescindibles en las heroínas de acción es utilizar modelos exiguos de tela.

Juana Samanes