No es una buena noticia que los independentistas catalanes de ERC ganen expectativas de voto mientras los moderados -presuntamente- de CIU se derrumben, pero es lógico: si presumen de secesionistas es lógico que el personal acuda al padre de la idea.

Al tiempo, el socialista catalán Pere Navarro (en la imagen) ha decidido que ya es hora de ahuyentar las sospechas que pesan sobre su partido por espionaje y ha decidido pedir la abdicación del Rey de España, que siempre resulta algo muy positivo y sorprendente y sirve para desviar al atención. Naturalmente, su propio partido -la central madrileña, digo- le ha afeado las declaraciones pero supongo que a él le importa poco.

Artur Mas se ha metido en el baile equivocado y ahora no puede dejar de bailar.

Los Pujol han unido el independentismo a su propia deriva judicial; el PSOE anda dividido y el PP catalán forma parte de la parte del PP más respetuosa con todas las ideologías: no cree en ninguna. Es el momento de echar el freno.

Eulogio López

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