Hablo de Occidente. Los médicos no nos han aumentado la vida, sino la vejez. Me lo dijo un piloto de Iberia retirado -o sea, que somos amigos- y tiene toda la razón.

La medicina ha aliviado el dolor físico -su gran avance han sido los analgésicos- y eso es estupendo, pero no ha logrado nada, lo que se dice nada, en la prevención de la senilidad. O sea, que vamos bien de salud física y pésimos de salud psíquica.

Ahora que lo pienso, ¿seguro que vamos bien de salud física También lo dudo, porque uno diría lo del piloto: vivimos más pero no vivimos, sobrevivimos. No es un vivir, es un sinvivir, con decenas de achaques, dolencias, apósitos, haciendo la vida imposible a los que nos rodean, etc. Como decía san Josemará Escrivá, "quiero una muerta santa y sin dar la lata". Y su petición fue atendida.

Y encima perdiendo antes la cabeza que el cuerpo. Hoy, abundan los ancianos que parecen cáscaras vacías, mejor por fuera que por dentro. Y cuando uno pierde la consciencia también pierde la conciencia, y con ella la libertad.

Más que la esperanza de vida crece la vida desesperanzada. Y ante este panorama de personas que pierden la cabeza, lo único que propone la atmósfera dominante, lo políticamente correcto, es ofrecer la muerte rápida... decidida por terceros. O sea, la eutanasia.

Ahora bien, ¿por qué aceptamos todo esto En primer lugar, porque nos pasamos el tiempo protestando contra el mundo pero nadie quiere abandonarlo. En segundo lugar, porque hemos perdido la fe en la vida eterna, así que el miedo a morir crece y nos aferramos a lo que tenemos. El único objetivo en la vida del hombre occidental del siglo XXI, parece ser sobrevivir. Lo cual está muy bien, mientras sea por amor a la vida, no por temor a la muerte. No hay que alargar la vida, hay que exprimirla, porque es una maravilla y porque es como se vive bien. Y tenemos que recuperar la esperanza en la otra vida, porque es la única manera de realizarse en ésta. Se lo aseguro: no es tan difícil.

Eulogio López

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