Con cierto toque de realismo mágico, el dramaturgo francés Eric Emmanuel Schmitt aborda en su película Oscar y la dama de rosa, que en España han titulado Cartas a Dios, lo que para un niño supone prepararse para la muerte…

Oscar es un niño de 10 años al que ni sus padres ni su médico saben cómo decirle que le quedan pocos días de vida. Oscar, enterado accidentalmente de la noticia, se rebela pero es reconfortado por Rosa, la mujer malhumorada que lleva al hospital sus pizzas, y que habla con él de todo. Para mantener su estado de ánimo alto, Rosa le sugiere  a Oscar un juego singular: que cada día a partir de ahora cuente para él como si fuesen 10 años. Además, para tratar de conseguir que el niño hable con mayor facilidad, Rosa le propone que se lo cuente por escrito a Dios…

Esta tragicomedia de Schmitt (que anteriormente conoció una versión teatral) plasma de forma muy bella el mejor acercamiento a Dios: como si fuéramos niños. Por ello, aunque la película cuenta con  momentos almibarados, éstos se sobrellevan perfectamente gracias a que muestra  en pantalla lo que supone la inocencia espiritual y corrobora el poder de la oración en momentos trascendentales de la vida. Por ello, aunque Cartas a Dios trata asuntos como el  sufrimiento y la muerte lo hace de un modo esperanzador y luminoso.

Dos grandes monstruos del cine como son Michéle Laroque y Max Von Sidow respaldan la emotiva interpretación del niño Amir, en el papel de Oscar.

Este acercamiento poético a la muerte, desde el punto de vista de un niño, también lo abordó el pasado año de forma magistral, Gustavo Ron en su película Vivir para siempre, un drama que pasó desapercibido por la taquilla. Esperemos que Cartas a Dios tenga mejor suerte en  los cines de España.

Para: Los que disfruten con los cuentos espirituales esperanzadores