Sr. Director:
Como ciudadano y como víctima del terrorismo, la patochada de la televisión de Pablo Iglesias (Podemos) en "La Tuerka" me suscita varias reflexiones:

Primera: Solo alguien guiado por el resentimiento o la perversión moral puede utilizar a las víctimas del terrorismo, que entregaron su vida por España y por el estado de derecho, para ridiculizarlas ante una banda de terroristas asesinos que, por cierto, llevan cuarenta años intentando destruir la nación y sus estructuras para imponer su propio sistema totalitario.

Segunda: Quienes nunca han arriesgado nada para defender a España y su sistema democrático, se atreven ahora a insultar burdamente a quienes comprometieron hasta la propia vida y la perdieron. Si tuvieran conciencia del precio que éstos últimos han pagado en esa loable tarea, no jugarían con algo tan sensible, salvo que su verdadera condición no les permita actuar de otra manera diferente.

Tercera: ¿Y a éstos es a quienes muchos españoles van a otorgar su confianza para regenerar el sistema democrático Espero que la mayoría hayamos aprendido algo de los errores del pasado porque, de no hacerlo, estaremos irremediablemente condenados a ver cómo la historia se repite de nuevo en nuestros hijos. No nos hemos sacrificado y esforzado en la vida para esto. Creo que nos merecemos algo mejor, aunque sólo sea pensando en las generaciones futuras.

Cuarta: El reconocimiento y la memoria de las víctimas asesinadas por los terroristas debiera ser un valor social y democrático a cuidar y preservar en el futuro, si realmente queremos cimentar una sociedad abierta, participativa y democrática de la que podamos sentirnos orgullosos.

Comportamientos como el de "La Tuerka" no hacen sino definir con detalle a sus protagonistas, y debiera servirnos de argumento para la reflexión.

José Antonio Ortega Lara