• Goñi iría al grupo industrial y Pulido también quedaría fuera de Caixabank.
  • De hecho, hasta conocer su agujero, Isidro Fainé se niega a dar su brazo a torcer.
  • El informe estará listo el viernes. Si las cifras salen, Caixabank exigirá, además, mantener opciones sobre otras entidades.
  • Isidro Fainé preferiría NCG Banco.
  • El problema es que José María Castellano asegura que conseguirá inversores para devolver al Estado.
  • Roberto Jiménez, vicepresidente de Navarra, tampoco quiere a Caixa y opta por Ibercaja, por el mismo Amado Franco que no quiso fusionarse con Cívica.
  • Al fondo, una verdad palmaria: Cívica no puede aguantar en solitario el año 2012.

Decíamos ayer, y mantenemos hoy, que el presidente de La Caixa, Isidro Fainé, no quiere absorber Cívica, la entidad liderada por el navarro Enrique Goñi y el andaluz Antonio Pulido (en la imagen), que no podría aguantar en solitario el ejercicio 2012. Necesita una fusión y Goñi se ha encargado de ofrecer a todos el paquete. Ahora bien, recuerden que según la actual normativa de Guindos, Cívica es FROB-1 por lo que no podría acceder a un Esquema de Protección de Activos (EPA) que es lo que todo el mundo desea en la actualidad.

Total, Cívica ha presionado al Gobierno y el Gobierno Rajoy ha presionado a La Caixa. De entrada, Fainé ya ha puesto dos condiciones: si se llega a un acuerdo, Enrique Goñi y Antonio Pulido desaparecerán del organigrama resultante, al menos del financiero. Goñi se haría cargo de coordinar el grupo industrial -que no el grupo industrial- y Pulido también quedaría fuera del organigrama Caixabank.

En segundo lugar, la 'due diligence' se entregará el viernes. Si el agujero de Cívica, especialmente el proveniente de la andaluza Cajasol, fuera superior al reconocido, Fainé también diría no.

Lo cierto es que a La Caixa le gusta mucho más la gallega NCG Banco. En primer lugar, porque es una entidad nacionalizada y su adquisición puede dar lugar a un EPA. En segundo lugar porque es mucho más complementario que Cívica.

Problema: José María Castellano promete presentar, antes del 31 de marzo, inversores que aportarán 600 millones de euros en capital, es decir, que el Estado recuperaría una parte de los 2.500 millones de euros aportados por el Estado.

Y tiene problema, porque los fondos norteamericanos exigen... su EPA. En cualquier caso, si lo logra, NCG Banco seguirá en solitario y Caixa se quedará sin la pieza.

Como no pierden la esperanza, los catalanes aseguran que si aceptan tragarse el marrón de Cívica, no quedarán por ello descartados para otras adquisiciones.

Por cierto, muy oportuno el vicepresidente navarro, el socialista Roberto Jiménez, al asegurar que prefiere que Cívica se fusione con Ibercaja a que sea absorbida por Caixa. Al parecer, el señor Jiménez desconoce que el presidente de Ibercaja, Amado Franco, se negó a fusionarse con Cívica y prefirió absorber Caja3. Ahora ya es tan grande como Cívica pero también le gustaría comerse una entidad que le permitiera un EPA.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com