Sr. Director:
Los graves incidentes en Francia con motivo de la reforma de las pensiones que impulsa Nicolas Sarkozy son algo más que una protesta callejera contra una medida concreta: está en cuestión el futuro del Estado de bienestar, porque la crisis económica ha hecho saltar todas las alarmas sobre un sistema que se sostenía con dificultad en tiempos de bonanza y que ahora es incapaz de cumplir con las expectativas suscitadas.

 

El llamado estado social ha cumplido una etapa positiva para la estabilidad socioeconómica en la Europa de la segunda posguerra. Sin embargo, ya la crisis de los setenta puso de relieve que los recursos nunca son suficientes para atender todas las necesidades y que el desmedido intervencionismo del Estado genera un exceso de burocracia y déficit público. Ahora, las circunstancias son dramáticas, ya que afectan a elementos determinantes, como las pensiones, y pronto podrían alcanzar a las prestaciones sanitarias o educativas que definen la sociedad del bienestar.

Sarkozy afronta con valor un problema complejo frente a una reacción sindical que prefiere seguir mirando a corto plazo, sin atender a las consecuencias futuras.

Jesús D Mez Madrid